VALENCIA 3
LEVANTE 0
MESTALLA. 48.000 ESPECTADORES.
Cañizares
Miguel
Albiol
Ayala
Curro Torres
Angulo
Albelda
Baraja
Silva
Villa
Morientes
Cambios: Hugo Viana por Baraja (min. 30)
Joaquín por Morientes (m. 58)
Marchena por Albelda (min. 80) s.c
Molina
Descarga
Alvaro
Alexis
Rubiales
Ettien
Camacho
Berson
Courtois
Riga
Nino
Cambios: César por Alvaro (min. 54)
Robert por Rubiales (min. 62)
Reggi por Nino (min. 66)
rbitro: González Vázquez
Tarjetas amarillas: Albelda, Ayala, Curro Torres, Camacho, Ettien, Alexis y César.
Goles: 1-0: Hugo Viana (min.51). 2-0: Morientes (min.55). 3-0: Ayala (min.79).
VALENCIA.- La corta historia de los derbis entre Valencia y Levante en Mestalla sigue engordando, no así la tendencia del resultado. El Valencia de ayer, en el cuarto enfrentamiento en casa con el segundo equipo de la ciudad, no quiso darle ninguna concesión a su humilde vecino. Sufrió bastante, eso sí, para sacudirse la presión, pero en cuanto abrió la lata, todo fue más sencillo, sobre todo ante la nula pegada de los azulgrana. Es lo único que le falta (o sea, todo) a los de López caro para no verse abocado a coquetear con los puestos de descenso.
Hasta que el Valencia pudo asomar la cabeza por las inmediaciones de Molina tuvo que pasar un cuarto de hora. Antes tuvo que destilar litros y litros de sudor para poder zafarse de un Levante que se desgastó en el primer acto para perder fuelle en el segundo tiempo. Porque el conjunto azulgrana se plantó en Mestalla dispuesto a ser esa mosca que en los calurosos días de verano no te deja en paz. Si algo tuvo el Valencia fue paciencia ante el rocoso juego que, ya intuía, le plantearía el Levante. El duelo, poco a poco, ganaba en emoción. El Levante estaba dispuesto a sufrir y, pese al claro dominio local, siguió poniendo zanjas y más zanjas al duelo.
Puso una marcha más el Valencia en la reanudación donde despachó el derbi en apenas cuatro minutos. Quien desarmó al Levante fue Hugo Viana, a quien el destino le abrió las puertas del protagonismo a costa del infortunio de Baraja. De tiro raso y ajustado, batió por la izquierda a Molina y rompió el partido. El tanto descolocó definitivamente al Levante y Miguel hizo suyo el carril derecho. Por esa zona llegó la jugada del segundo tanto, premio para la insistencia de los locales, que a partir de entonces jugaron a placer con un rival que bajó los brazos.