El juzgado encargado del caso decretó el secreto del sumario. Se investiga el móvil del crimen y, aunque no se descarta ninguna hipótesis, en algunos ambientes se barajaba que podría tratarse de un ajuste de cuentas o de una venganza por desavenencias con algún vecino de la localidad. Fago es un pequeño municipio turístico que apenas cuenta con 30 habitantes.

Por la tarde, el juez ordenó el levantamiento del cadáver que fue trasladado al depósito de Jaca donde se le practicará la autopsia.

El subdelegado del Gobierno en Huesca, Ramón Zapatero, confirmó a los informadores que el cadáver del alcalde de Fago fue encontrado en el fondo de un barranco y que presentaba varios impactos, tres o cuatro, de arma de fuego. Al parecer los disparos podrían haberse hecho con una escopeta de postas.

Zapatero añadió que existen indicios de que la muerte del primer edil fue un acto violento porque había rastros de sangre en la carretera. Esto revelaría que el cuerpo fue arrastrado hasta el borde del barranco en cuyo fondo fue hallado.

Algunas fuentes señalaron posibles problemas entre el fallecido y algún vecino. Sin embargo, sobre la existencia de posibles amenazas contra el alcalde, el subdelegado señaló que se había puesto en contacto con el presidente provincial del PP en Huesca, Antonio Torres, y que éste le había indicado que lo desconocía.

El subdelegado no quiso hacer otro tipo de valoraciones porque cualquier suposición, dijo, podría inducir a confusión. Zapatero esperará a conocer los datos de la investigación policial y de los resultados de la autopsia.

La Guardia Civil rastreaba anoche la zona donde se encontró el cuerpo del alcalde, un barranco situado junto a la carretera que une Majones con Fago.

Hasta el lugar de los hechos se trasladaron compañeros y dirigentes del PP, partido al que pertenecía el alcalde, que llevaba al frente del consistorio desde hace tres legislaturas.