Un día después de la detención de Isabelita, que fue recibida con júbilo por la mayoría de los argentinos, las autoridades de este país consideran que es el momento de atemperar los ánimos. El presidente, Néstor Kirchner, que el viernes celebró por todo lo alto la decisión de la justicia española de atender el reclamo de captura, dio un paso atrás y consideró oportuno dejar el asunto en manos de los tribunales.
«Una de las grandes tareas de este Gobierno es ayudar a esclarecer los crímenes perpetrados en los años 70. Pero las acciones en ese sentido son un asunto que compite en primer término a las autoridades judiciales. No pretendo ponerme en el lugar de Raúl Acosta ni menos influir sobre las decisiones que se tomen en España», dijo Kirchner, refiriéndose al juez argentino que inició el proceso.
El jefe de Estado subrayó que las acciones contra la ex presidenta no responden a un sentimiento de revanchismo ni a consideraciones políticas. «Hemos impulsado con fuerzas la apertura de las causas por la represión ilegal y el terrorismo de Estado. Eso no significa que vayamos a usurpar las funciones del aparato judicial». Algunos medios de prensa opinan que Kirchner ha tomado distancia del caso Isabelita para evitar un enfrentamiento con los sectores ortodoxos del Partido Justicialista (PJ), que le llevó a la presidencia en el 2003.
Varias fuentes de ese grupo político indican que la vieja guardia justicialista considera que la detención de Isabelita es una afrenta a la memoria de su esposo, el generalísimo. Concretamente, el secretario general de Las Sesenta y Dos Organizaciones, organismo que agrupa a los sindicatos peronistas, calificó como «una auténtica barbaridad» el hecho de que una pareja de agentes policiales «se haya llevado detenida a una anciana, como si se tratase de un feroz criminal».
Gerónimo Venegas sostuvo que el procedimiento policial no tenía justificación, ya que la ex jefa de Estado «nunca rehusó a comparecer, por voluntad propia y sin necesidad de escolta, ante la Justicia». El sindicalista opinó, en una conversación con Radio Del Plata, que «está bien que se siga buscando la verdad, para cerrar un capítulo negro de la Historia de nuestro país. Pero se deben respetar ciertas formas, sobre todo con una persona que, mal que bien, ha sido presidenta de los argentinos».
Si hay alguien que se siente incómodo, incluso atemorizado por la amplia repercusión que ha tenido el arresto de la viuda del caudillo, ése es el juez Raúl Acosta. Si bien se mostró satisfecho por la rapidez con que la Interpol materializó la orden de captura, el magistrado puntualizó que su tarea es el esclarecimiento de la verdad «y no la condena o la humillación de nadie». En una entrevista con el diario La Nación, Acosta aseguró que la investigación de las violaciones a los Derechos Humanos, antes y después del golpe militar de 1976, se conduce «bajo rigurosos criterios profesionales».
Requerido a propósito de las críticas que han surgido tras la detención de una persona que no se corresponde con la imagen que se tiene de un fugitivo, Acosta señaló que los cargos contra Martínez de Perón «son lo suficientemente graves como para descartar esa posibilidad». «Existen suficientes elementos de prueba para sospechar que estaba informada de los secuestros de Héctor Fagetti y de Jorge Verón», dijo el magistrado al diario La Nación.
Una enciclopedia viviente
Más adelante, Acosta reveló que ya ha comenzado a redactar la petición de extradición y que espera cumplir con el plazo de 40 días que las autoridades españolas le han concedido para tal efecto. «Es conveniente que los ciudadanos se hagan a la idea de que un proceso de esta índole no se resuelve de un día para otro. Y no se puede garantizar que la solicitud sea aceptada». Uno de los factores que podría revertir la causa es la habilidad que se le atribuye al abogado de Isabelita. Atilio Neira está considerado como una enciclopedia viviente: un profesional de primera línea que detesta perder un juicio.
Elsa Sosa no acepta que las reservas del juez o la cautela del presidente le priven del derecho a festejar el arresto de la supuesta responsable de la desaparición de su marido, Héctor Fagetti en 1976. «Durante 31 años he soñado con esta posibilidad. Quiero pedir a todos los familiares de los desaparecidos que no pierdan la fe en la Justicia. Tarde o temprano los que se llevaron a nuestros seres queridos deben rendir cuentas por sus actos», dijo Elsa a Radio Mitre.
De forma parecida se expresaron los dirigentes de los organismos de Derechos Humanos. Tati Almeida, del movimiento de las Madres de la Plaza de Mayo, dijo: «Me siento feliz y profundamente conmovida. Es como si mi hijo desaparecido estuviera presente. Este es un logro que no imaginábamos. El hecho de que la noticia [de la captura] haya salido en todos los noticiarios de España es suficiente. Que el mundo entero sepa quién es Isabelita y qué esconde detrás de su delicada apariencia».