Moscú ha celebrado el primer aniversario de la guerra del gas con Ucrania -que apagó millones de calefacciones en Centroeuropa- con otro enfrentamiento bilateral. El Kremlin duplicó, sin aviso previo, el precio del gas con destino a Bielorrusia. El choque, solventado in extremis este miércoles, disparó de nuevo las alarmas en el Este (fundamentalmente en Alemania) y desató airadas críticas hacia Vladimir Putin por parte de algunos mandatarios europeos.

El documento presentado esta semana por el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, advierte que, de aquí a 2030, «las importaciones cubrirán más del 80% de las necesidades de gas de la UE y más del 90% de las de petróleo». El informe añade que las compras de oro negro fuera de la Unión aumentarán un 25% en las mismas fechas. Y las de gas lo harán el doble.

El problema no es sólo el imparable crecimiento de las importaciones, sino el origen de las mismas. Según el último balance anual de la OPEP, correspondiente a 2005, Europa Occidental absorbía el 21,8% de sus exportaciones de crudo. La estadística del cartel refleja un descenso progresivo de su cuota de mercado en Europa. Claro que el terreno perdido lo ha acaparado Rusia. Y el gigante europeo entraña los mismos riesgos que algunos países miembros de la todopoderosa organización liderada por Arabia Saudí. En el último registro de importaciones efectuado por la Comisión Europea, cerrado a principios de 2005, Rusia encabezaba la lista de exportadores de petróleo hacia la UE, con una cuota del 25,9%, casi el doble que Arabia Saudí. Y esta estadística habla sólo del crudo.

En lo que al gas se refiere, Moscú gana la partida con creces a Riad. No sólo por las buenas interconexiones con sus vecinos europeos: el desierto helado de Siberia alberga las mayores reservas de gas natural del planeta. Según la Oficina de Información Energética de la Casa Blanca, el gas ruso cubre el 44% de las necesidades de Alemania, el 29% de las de Italia y el 26% de las de Francia.

Rusia será un importante foco de riesgo en 2007. Pero no el único. En la lista de países conflictivos aparecen en lugar preferente Irak e Irán. Ambos suman una producción de 5,6 millones de barriles diarios, equivalente al 6,5% de la oferta mundial. Al igual que en 2006, Nigeria podría provocar más de un susto, por la actuación de los movimientos independentistas en la región petrolera del Delta del Níger. También Venezuela, cuyo presidente, Hugo Chávez, ha inaugurado el año anunciando nuevas nacionalizaciones de empresas.