Como si del cadáver del Cid Campeador se tratara, el Barcelona hizo cabalgar ayer a Samuel Eto'o para aumentar la autoestima de un equipo en horas bajas y amedrentar a sus rivales. El delantero barcelonista lleva tres meses y medio alejado de los terrenos de juego y ayer, por primera vez, pudo tocar balón. Lo hizo haciendo gala una vez más de sus excentricidades -prohibió que se tomaran imágenes de su entrenamiento en solitario sobre el césped del Camp Nou- y dejando claro que, pese al clamor popular, no volverá a jugar hasta dentro de unas semanas.
No obstante, su rueda de prensa fue la mejor noticia que se ha vivido en el Camp Nou en un último mes y medio para olvidar.Tras la derrota en el Mundial de Clubes, la pérdida del liderato, y los nefastos guarismos en los últimos cinco partidos -con una sola victoria y sólo cinco goles a favor-, nada como la habilidad dialéctica de Eto'o para creer que lo peor ya ha pasado y encarar el futuro con optimismo.
Eto'o se presentó en la rueda de prensa arropado por el capitán del equipo, Carles Puyol, su representante, José María Mesalles y el controvertido ex directivo del Barcelona Alejandro Echevarría, a quien el futbolista se refirió como el «todopoderoso». El Pichichi de la Liga de la pasada campaña quiso dejar claro en primer lugar que no forzará un regreso prematuro. «Quiero volver al 100%, no para parar una semana o dos. Aún quiero disfrutar muchos años de este deporte, de esta pasión, y no voy a arriesgar la rodilla por dos o tres días».
Tal vez por eso, el camerunés fue el responsable del extraño veto a las cámaras durante el entrenamiento que realizó. «Fue una decisión mía, era un entrenamiento más para los técnicos que para cualquier otro. Quiero que vean cómo estoy con la mayor serenidad posible». Lo que las cámaras se perdieron fue un entrenamiento rutinario, con ejercicios de control de balón y disparo, en lo que supuso un día grande para el goleador africano. «No sé por qué, pero esta mañana sí tenía nervios. Y eso que no he estado apartado de los campos tanto como otros compañeros», confesaba.«Cuando me he puesto las botas, me he sentido como un pato», reconoció. «Y el campo me ha parecido mucho más grande de lo que es».
El único momento tenso de su comparecencia llegó cuando le preguntaron si se sentía el salvador del equipo. «No soy el salvador de nadie.Si no se reconoce lo que uno ha hecho antes, cómo voy a ser el salvador. Siempre veo a mis compañeros bien», apuntó. Los números, sin embargo, recuerdan que con él sobre el campo, el Barça logró 10 puntos de doce posibles en Liga, mientras que sin él, ha logrado 25 de 39. Y el propio Eto'o dio buena muestra de tener los guarismos bien aprendidos: «Yo sé lo que valgo y si alguien duda de mí es su problema. Ahí están los números».
Un largo camino. Eto'o se refirió al tiempo transcurrido desde que se lesionó el 27 de septiembe en el campo del Werder Bremen como a un «largo y difícil camino». «Lo peor es siempre cuando te lesionas, pero creo que en ningún momento lo he pasado tan mal como cuando empatamos en casa contra el Chelsea. Sentí una impotencia enorme por no poder ayudar a los compañeros. Estaba ahí, en la grada con la pata mal y sin poder hacer nada», rememoró.
También se acordó de las largas sesiones en manos del fisioterapeuta Emili Ricart tras ser intervenido por el doctor Cugat del menisco.«He pasado días estirado en una cama horas y horas, días de esos que crees que no se van a acabar nunca». «He echado de menos al equipo más de lo que el equipo me ha añorado a mí. El fútbol es mi vida y apartarse de la rutina de entrenar y jugar es muy raro».
Superada la parte más solitaria de su recuperación, Eto'o explicó que lo más importante que le queda por delante es recuperar la confianza en su articulación. «El problema ahora es olvidar, olvidar y olvidar», aseguró. «Vas corriendo y dices 'Madre mía, ahí ha pasado algo'». «Pero sé que todo lo que viene ahora va a ser bueno, lo que me queda por delante es para disfrutar».Para dejarlo claro, se permitió flirtear con una periodista, y no descartó que pueda alcanzar a Kanouté, que es Pichichi con 15 goles. «Tengo ganas de superarme. No sé cuándo volveré, pero en los partidos que tenga quiero mejorar lo que he hecho hasta ahora».