ELENA ISARDO
Las jornadas en tierras mauritanas, donde generalmente se definen los puestos de cabeza del Dakar, están pasando factura al grueso de la expedición, que ayer se vio considerablemente menguada tras la etapa maratón entre Tichit y Néma (494 kilómetros). Muchos fueron los que aparcaron en las dunas su sueño de llegar al Lago Rosa. Otros, como Carlos Sainz y Giniel de Villiers, vieron cómo sus aspiraciones de subir al podio quedaban definitivamente enterrradas.
Cuando marchaba en primera posición, el Volkswagen del español se detuvo en el kilómetro 325. No hubo forma de arrancarlo, pese a la ayuda de Mark Miller, su compañero de equipo, que se detuvo para auxiliarlo. Tampoco pudo ayudar Carlos Sousa, piloto no oficial de la marca alemana. Sainz tuvo que ser remolcado hasta la meta de Néma, donde solucionaron el problema eléctrico. Entonces, el madrileño regresó al lugar del accidente para retomar la prueba. Al final, acabó 94º, a casi siete horas del ganador del día. En la general es décimo, a 7,30 horas del líder. El contratiempo de ayer se une al del domingo, cuando perdió una hora por la fuga del líquido de la dirección asistida.
Más complicado que Sainz lo tiene De Villiers, que vio cómo se incendiaba el turbo de su Volkswagen cuando sólo había recorrido 129 kilómetros y marchaba con una ventaja de media hora sobre Stéphane Peterhansel, tercero ayer y nuevo líder en coches. La pelea por la victoria final será cosa de dos, del francés y de Luc Alphand, segundo en la general con una desventaja de siete minutos respecto a su compañero de equipo en las filas de Mitsubishi.
Más claras parecen las cosas en la categoría de motos, donde Coma administró con inteligencia la ventaja de casi una hora respecto a Despres. El español, tercero ayer en una etapa ganada por el letón Janis Vinters, se mantiene firme en el camino para revalidar el título.
«No quiero ni voy a pensar que he ganado. He visto muchas cosas en esta carrera para creer eso. Me concentro y me preparo cada etapa como si fuese la primera. Queda una etapa en Mauritania y luego el Africa negra, que es muy complicada de navegación», explicó el piloto de Avià, que ayer perdió la ayuda de su mochilero. Giovanni Sala se tuvo que retirar al sufrir una caída y dislocarse el hombro izquierdo.
Preocupa en el equipo Repsol KTM el rendimiento de la nueva moto, a la que se ha detectado un fallo en la caja de cambios al que Esteve y Despres ya han tenido que hacer frente. «Si a Coma no le pasa nada, tendrá que empezar a jugar a la lotería», sentenció irónicamente el francés.
Clasificaciones en página 43.
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