FERNANDO MAS. Corresponsal
LONDRES.-
Como los ingleses no confían en sus propios servicios oficiales de información económica, como no creen que los datos de la inflación -al menos los precios de los bienes de consumo diario- reflejen el incremento real de precios, la Oficina Nacional de Estadística ha puesto a disposición de los ciudadanos una calculadora con la que despejar incógnitas. Y allá se las apañe el personal.
Es difícil seguir las instrucciones, porque hay que aplicar una fórmula un tanto compleja -según para quién, claro- que permite averiguar si la economía doméstica sufre o no los vaivenes de la inflación.
La cuestión es que el incremento de las facturas del gas o de la electricidad han encarecido el coste de la vida casi un 3,9% y los ingleses quieren saber cuál es la razón.
La calculadora ofrece unas casillas donde incluir el coste mensual de calefacción, de electricidad, de hipoteca, de teléfono, de comida, de vestido y otros gastos fijos o habituales (tabaco, alcohol, farmacia...). Mes a mes, este instrumento permite ver la variación de, para que se entienda, la inflación familiar. Se pueden introducir datos de tal forma que quede a la luz cómo ha sufrido la economía doméstica en los últimos dos años.
De lo que se trata no es tanto de dar confianza a los consumidores descontentos con la realidad que les venden desde el Gobierno, sino que se busca que estos sean conscientes de cómo se produce la inflación y porqué. Quien esté dispuesto a ello tiene por delante un complejo documento de seis páginas y gráficas donde se explica cómo conocer el estado de su propia economía. Cuando se le echa un vistazo es recomendable ser un experto en la materia o tener cerca un especialista.
La Oficina Nacional de Estadística considera que su mala imagen se debe, básicamente, a que la gente no entiende que los bienes de consumo diario se encarecen más que otros elementos como las televisiones o las lavadoras.
|