RAUL REY SAINZ DE ROZAS
Justo un mes después, el principal selectivo español ha vuelto a recuperar su cota máxima histórica, al tiempo que Europa y el resto de los principales mercados internacionales no le van a la zaga. Había una cierta reticencia al inicio de este nuevo año a la vista de las jugosas plusvalías acumuladas durante 2006 que ha quedado, por el momento, enterrada dentro de la actual inercia alcista que parece no tener fin. De hecho, los niveles de soporte de los gráficos más relevantes actúan con metódica fortaleza a la vez que los de resistencia van siendo vulnerados de forma discreta y sin hacer ruido. Esto es bueno: la volatilidad es hacia arriba y además se presenta de manera sincopada en el tiempo. La explicación de este bonito recorrido de los últimos años y del previsible atractivo panorama inmediato para 2007 se puede fundamentar en múltiples disquisiciones de tipo económico, político y, porqué no, social. Pero hay un aspecto al que, en mi opinión, posee tanta o más importancia que los motivos citados. Me refiero al factor sicológico: muerta la incertidumbre, se acabó el temor. En marzo de 2003 dicha incertidumbre, sustentada en el miedo global a invertir y a arriesgar, se disipó con la invasión de Irak; el consiguiente e inmediato efecto fue el cambio de tendencia y... hasta hoy.
No estaría de más que, a la vista de esta constatación, a la hora de suscribir inversiones consultemos no sólo al experto en estas cuestiones sino también a nuestro sicólogo particular. Lo que nos cuente respecto a la percepción en la mente de las gentes (y de las empresas) acerca del estado de las cosas, marcará y mediatizará nuestra decisión.
Raúl Rey Sainz de Rozas es consultor financiero.
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