Precisamente el censo fue uno de los motivos de enfrentamientos entre el alcalde y algunos vecinos, según consta en varias sentencias judiciales. También existían desavenencias y denuncias relacionadas con el urbanismo o la caza y se celebraron algunos juicios por coacciones y maltratos verbales.

Por otra parte, la autopsia practicada el domingo al cadáver confirma que Grima recibió «al menos cuatro impactos» realizados por una escopeta de postas.

Asimismo, cobra fuerza la versión de que el edil fue objeto de una emboscada. El vehículo en el que viajaba, encontrado en una pista forestal, tenía la ventanilla del conductor rota y presentaba varios golpes en la parte delantera, posiblemente fruto del choque con piedras u otros objetos colocados en medio de la carretera para obligarle a parar. Además, un cazador ya ha declarado que poco antes de que se produjera el crimen, pasó por esa misma zona, vio las piedras y las llegó a retirar, lo que hace suponer a los agentes que los autores de los disparos estaban emboscados en la zona.

La investigación no descarta ninguna hipótesis sobre la autoría y el móvil del crimen y hasta el Pirineo se han trasladado desde Madrid efectivos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Policía Judicial. En concreto, han viajado agentes del grupo de inspecciones oculares y otros del grupo de desaparecidos, según explicaron fuentes del Instituto Armado.

Según estas mismas fuentes, la víctima había trasladado ya sus temores en diferentes círculos. El pasado 11 de abril, en una reunión con el subdelegado del Gobierno en Huesca, Ramón Zapatero, a la que acudió también el presidente del PP en esta localidad, Antonio Torres, Miguel Grima aseguró sentirse amenazado y perseguido, aunque no aportó nombres concretos de los amenazantes. Sin embargo, el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, puntualizó ayer que ni el difunto ni el presidente provincial del PP en Huesca «habían presentado ninguna denuncia ni presencial, ni por teléfono, ni verbal, ni por escrito. Ni en la Subdelegación de Huesca ni en ningún cuartel de la Guardia Civil había ninguna denuncia presentada desde 2004».

Esta situación de temor por parte de la víctima fue aumentando con el paso de los meses. Así, según estas mismas fuentes, en Navidades indicó a un círculo de amigos que estaba «asustado y amenazado». Los investigadores sospechan que el crimen fue premeditado y en él participaron al menos dos personas. Algunas fuentes apuntan que un médico del País Vasco que tiene residencia en esa zona de los Pirineos vio a dos personas a las que no conocía con el vehículo del alcalde.

Por otra parte, la comarca de la Jacetania, de la que Miguel Grima era consejero, celebró ayer en Jaca un Pleno extraordinario para condenar el crimen y recordar la figura del alcalde de Fago.

Luego se realizó una concentración y se guardó un minuto de silencio. A estos actos asistieron los alcaldes y concejales del Pirineo, representantes de todos los partidos políticos en Huesca, la cúpula del PP aragonés, con el presidente regional Gustavo Alcalde a la cabeza, así como el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y otros representantes institucionales. En el comunicado se recordó a Miguel Grima como un edíl participativo, «un buen ejemplo de esos alcaldes que en los pequeños municipios ceden al interés colectivo su trabajo, su vida privada y su tiempo a cambio de nada».

Marcelino Iglesias señaló que «ninguna causa puede ser defendida con violencia. Nada justifica la violencia, y mucho menos un crimen de esta magnitud». «He querido estar con su familia, con los alcaldes de la comarca para condenar de forma rotunda el crimen», añadió.

El presidente del PP aragonés reivindicó la figura de «un alcalde que ha dedicado lo mejor de sí mismo en los últimos 12 años a trabajar por su pueblo, por los vecinos de su pueblo. Así lo entendieron los vecinos de Fago, que lo eligieron en tres legislaturas, la última con el 73,9% de los votos».