MANUEL MARRACO
MADRID.-
A Arnaldo Otegi le quedan nueve semanas y media para volver al banquillo de la Audiencia Nacional. El tribunal ha acordado celebrar el próximo 21 de marzo el juicio por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo en el funeral de Olarra Castresana, muerta en 2001 en Torrevieja (Alicante) al estallar los explosivos que manipulaba.
Durante el acto, el líder de la ilegalizada Batasuna pidió «un aplauso para todos los gudaris (soldados vascos) que han caído en la larga lucha por la independencia».
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ya condenó a Otegi a 15 meses de prisión por estos hechos, pero en enero del año pasado el Tribunal Supremo ordenó repetir el juicio. Para entonces, Otegi ya había perdido su escaño de diputado y la competencia para juzgarle había pasado a la Audiencia Nacional.
La responsable de celebrar la vista será la Sección Cuarta, presidida por Fernando Bermúdez de la Fuente. Si le considera culpable, podrá ordenar la ejecución inmediata de la condena o esperar a que el Tribunal Supremo la haga firme.
Pero la llave de la prisión de Otegi no sólo está en manos de la Sección Cuarta. El Supremo tiene pendiente revisar la condena de 15 meses de cárcel que el año pasado le impuso otra Sección de la Audiencia que optó por suspender la ejecución a la espera del Supremo.
Además, el Tribunal Superior vasco suspendió la ejecución de una condena firme a un año de cárcel por injurias al Rey, con la advertencia de que una nueva condena en firme llevaría a su ingreso en prisión.
Otegi tiene por delante otros dos juicios por enaltecer a ETA, además de la acusación más grave que pesa sobre él: está procesado en el sumario de Batasuna por su pertenencia a ETA. Baltasar Garzón tiene también pendiente decidir si le cita como imputado por sus palabras tras el atentado de Barajas. Si lo hace, el juez podría decidir que, de las siete causas penales que penden sobre Otegi, fuera ésta la que le llevara a prisión.
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