En la grabación, que fue posteriormente difundida, se escuchaba a Zapatero referirse al atentado de ETA en la T-4 como un «trágico accidente», alusión que el propio presidente calificó posteriormente como un lapsus que fue inmediatamente corregido.

Los socialistas consideran un «hecho gravísimo» que se grabara «de forma clandestina» la intervención del presidente. «Se trata», enfatizaron, «de un hecho sin precedentes en la Historia de nuestra democracia y, lo que es más grave, de una manifiesta deslealtad institucional». Añadieron que el PP debe desmarcarse «con claridad» de este tipo de «comportamientos ilícitos» y debe exigir responsabilidades al autor de esta «fechoría».

El secretario general del PP, Angel Acebes, respondió a esas acusaciones de las socialistas afirmando que José Luis Rodríguez Zapatero «debería cuidarse de lo que dice mucho más que de quién le graba».

Acebes recordó que en la Conferencia de Presidentes no sólo había representantes del PP, sino también del PSOE, así como de partidos regionalistas y nacionalistas.

Asimismo, el secretario general del PSOE riojano, Francisco Martínez Aldama, afirmó que el único «camino digno» que debería seguir el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, sería el de la dimisión si fue él quien grabó las palabras de Rodríguez Zapatero. Sanz actuó como portavoz de los presidentes autonómicos populares durante la Conferencia.

El presidente riojano, preguntado ayer sobre la posibilidad de que fuera él quien grabó la conversación, aseguró que «todo el mundo llevaba móvil allí y todo el mundo manejaba el móvil».

«No nos riamos aquí de la gente. Aquí lo importante es lo que se dice y la gravedad de lo que se dice. Eso es lo importante y lo que a mí me afecta. Lo demás, que les den por ahí», concluyó el presidente del Gobierno de La Rioja

El Senado, por su parte, descartó tomar ninguna medida, una vez que se constató que la grabación no fue realizada por los servicios de la Cámara Alta.