En todo caso, indica una idea de construcción total, de casa que puede albergarnos a todos, y que Calvo Serraller acaba interpretando como la gran casa de la pintura. Una temática bastante distinta de su exposición anterior, titulada Follente Bemil, de marcados contenidos eróticos, pero inmersa en el mismo inconfundible estilo de siempre.

Lamazares ha hecho durante toda su vida una obra muy coherente, que podríamos denominar como una suerte de abstracción fuerte, fiera, a veces salvaje, que lo ha diferenciado y significado entre los mejores artistas de su generación.

Estas pinturas de hoy, realizadas en su taller de Berlín, donde reside desde hace unos años, tienen esa misma potencia, aunque en algunas piezas se hayan suavizado los colores e intente superficies menos rugosas o agresivas, pero siempre contenidas e iluminadas por un persistente barniz acristalado.

Son pinturas muy consistentes, firmes, de lectura múltiple, que esconden extraños significados más allá de su primera apariencia. Las casas que se dibujan, no siempre acabadas, están flotando, sumergidas en el paisaje y en la misma pintura. También son a veces casas la forma recortada del cartón. El rectángulo clásico se rompe, como se rompe la estructura lógica del cuadro, y los fragmentos caprichosos, que quieren ser techo, son una novedad enriquecedora y energizante del conjunto.

En suma, una exposición de gran contundencia que nos reafirma en la importancia de Lamazares en la pintura europea, tan necesitada de gente como él: inteligencia, potencia y sensibilidad. Los tres ingredientes que más admiramos en él.

Antón Lamazares

Nombre de la exposición: 'Domus Omnia' / Artista: Antón Lamazares / Formato: Pinturas / Lugar: Galería Alvaro Alcázar (Calle de Hermosilla, 58) / Fecha: hasta finales del mes de febrero.