Martes, 16 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6239.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos (Gandhi)
 MADRID
PEPI PAREDES / VOLUNTARIA DEL 'COMEDOR DE PAQUITA'
'Aquí entran ganas de llorar de alegría'
PABLO HERRAIZ

CON MUCHA CARA / «Lo mejor de aquí es la gente del pueblo, que cada uno trae una cosa: un kilo de arroz, aceite, dinero... Lo que sea» / «He tenido mucha suerte en la vida, no necesito más de lo que tengo» / «El menú lo variamos poco: los lunes, cocido; los martes, lentejas; los miércoles, macarrones con huevo...» / «Cuando no puedo venir, noto como si me faltara algo»

Publicidad
Hoy es Pepi la que sale en la foto, pero en realidad podrían salir más de 30 mujeres como ella. Todas son amas de casa, pero hay algo más que las une: el amor al semejante. Como una prolongación de sus labores domésticas, estas mujeres llevan más de 20 años con la labor altruista de dar de comer y cuidar a los que no tienen nada. En su comedor benéfico Madre de la Alegría, o el Comedor de Paquita, como lo conocen todos en Leganés, ellas han perpetuado la tarea que inició aquella mujer, santa local que, al igual que sus seguidoras, se ganó el cielo. Ayer mismo, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, les dio la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Y después volvieron a su labor.

Pregunta.- Oiga, ¿qué tenemos hoy para comer?

Respuesta.- ¡Hoy cocidito! Ya has visto qué pinta tiene, ¿no?

P.- Ya lo creo... Aquí, ¿todos los días de cuchara?

R.- Casi todos. El menú lo variamos poco, a menos que nos den alguna cosa que se pueda estropear, y entonces lo cambiamos. Los lunes, cocido; los martes, lentejas; los miércoles, macarrones con huevo...

P.- Aquí trabajan unas 30 personas...

R.- Más, porque somos amas de casa y fallamos mucho. Somos ya todas maduritas, y a veces tienes que ir al médico, tu marido está malo...

P.- ¿Cómo se reparten para venir a dar las comidas?

R.- Una viene más temprano y pone la comida. Las demás van llegando luego a pelar las patatas, hacer bocadillos, poner la mesa, un colaborador nuestro nos trae el pan que nos regalan en la panificadora...

P.- ¿Cómo se financian?

R.- Con la gente. Esto es increíble, yo digo que es Paquita, que sembró esto, y cuando esta gente se vaya habrá otra.

P.- ¿Cómo empezó el comedor?

R.- Paquita empezó cuidando niños de la gente que se tenía que ir a trabajar, cuando no había guarderías. Luego empezó a hacer comida para los pobres y ellos venían con su ollita para comérsela en casa. Cuando las cosas cambiaron pasamos al comedor, porque las necesidades cambian.

P.- Al final ha tenido su recompensa y el ministro les ha dado un premio.

R.- Sí, y se lo agradecemos mucho, pero lo importante es el comedor, que toda esta pobre gente pueda tener algo, que viven tirados en la calle y no tienen nada.

P.- Todo el mundo conocía a Paquita en Leganés... ¿Usted cómo se hizo voluntaria?

R.- Había oído hablar de su labor. Un día, de casualidad, mi marido quiso colarse en una tienda y una señora dijo: 'Eh, que estaba yo antes'. Empezamos a hablar, me dijo que ella trabajaba aquí y me apunté para ayudar.

P.- Aquí son ustedes casi como madres.

R.- Y un poquito psicólogas, amigas... Y también hay que poner orden para que nadie venga a crear bronca o faltar al respeto.

P.- Y los que vienen a comer las adoran.

R.- Sobre todo los inmigrantes, porque tienen una necesidad enorme no de tener un plato de comida, sino de tener un punto de encuentro.

P.- El comedor es muy pequeño y tienen que hacer turnos. Esto es un no parar...

R.- Caben siete sentados y siete esperando, hay que hacer turnos hasta que les decimos: ¡Por favor, esperad fuera que no podemos más! Es una pena que en una población como Leganés haya este comedor de sólo 50 metros, con estas humedades y todo hecho una pena.

P.- ¿No les ayuda el Ayuntamiento?

R.- Nos da una aportación, y la Cruz Roja también, y muchos otros, pero lo mejor de aquí es la gente del pueblo, que cada uno trae una cosa: un kilo de arroz, una botella de aceite, dinero... Lo que sea. Nos sentimos tan involucrados en esto que parece que nos lo dan a nosotros, como cuando una ancianita te dice: 'Toma hija, 10 euros para el comedor'. Aquí entran ganas de llorar de alegría.

P.- Su vida habrá cambiado desde que trabaja aquí...

R.- Yo es que he tenido mucha suerte en la vida, no necesito más de lo que tengo, estamos todos bien, mi hijo puede estudiar, no me falta nada. Por dar una día a los demás no pasa nada, estoy dando gracias a Dios por lo que tengo.

P.- ¿Cuánto lleva trabajando aquí?

R.- Desde algo después del 90.

P.- Y ya no podrá dejarlo...

R.- No, esto produce mono. Cuando me voy unos días o no puedo venir, noto como si me faltara algo.

P.- Tienen todo esto repleto de bolsas con comida.

R.- Claro, mira, ésa es de una pareja que la ha traído; los colegios colaboran mucho con la operación kilo, la gente de los restaurantes nos trae comida para que se aproveche y no se ponga mala, un centro de minusválidos nos trae cosas. Lo que tiene al comedor en pie es el pueblo.


RETRATO

Origen. Don Benito, 1943. Con 22 años se fue a vivir a Leganés. Currículo. Tiene un hijo y trabajó hasta hace unos años, cuando se jubiló, aunque en realidad nunca lo ha dejado, porque sigue siendo ama de casa y dedica un día semanal a trabajar en el comedor benéfico, donde dan de comer diariamente a unas 70 personas sin recursos. Aficiones. «Leer, aunque ya no puedo mucho, hacer pasatiempos y aprender cosas, hacer cursos... Mucho rollo». Debilidades. «Soy bastante austera, valoro lo que tengo y no necesito mucho». Virtudes. «Soy muy realista y sincera». Defectos. «Un montón. Tengo mucho genio, soy bastante perfeccionista, pero en esta vida no puede ser todo perfecto».

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad