CÉSAR URRUTIA
MADRID.-
El proyecto de absorción del fabricante de vehículos industriales Scania por parte de su rival MAN podría volver esta semana a su punto inicial con un replanteamiento de las condiciones. La nueva dirección del grupo Volkswagen -accionista de ambas compañías- ha propiciado un nuevo enfoque de la operación para crear el mayor fabricante europeo de camiones. Desde un principio, la directiva de Scania calificó la oferta alemana como hostil por no plantearse como una fusión entre iguales y emprendió todas las medidas al alcance de su mano para rechazarla.
Como parte implicada en el proceso, Volkswagen se ha declarado interesada en la integración de las dos compañías siempre que se trate de una operación pactada. El presidente del grupo automovilístico alemán, Ferdinand Piech, y su primer ejecutivo, Martin Winterkorn, allanaron la semana pasada buena parte de las dificultades al rechazar la oferta pública de adquisición (OPA) de 10.300 millones de euros, lanzada por MAN sobre la sueca Scania, e invitar a una nueva ronda de negociaciones al fabricante germano de camiones y al segundo mayor accionista de Scania, la firma Investor, según informó ayer el diario británico Financial Times.
El equilibrio de fuerzas en la compañía resultante de una fusión es el principal escollo que encuentran estas negociaciones. Volkswagen quedaría como principal socio al aportar, además de sus derechos de voto en ambas compañías, activos industriales en Brasil. Investor, por su parte, pretende que el precio de venta de su decisiva participación en Scania (11% del capital y 20% de los derechos de voto) supongan una cuota similar en el nuevo líder europeo de los vehículos industriales.
Sea con dividendos extraordinarios como los 1.980 millones de euros prometidos para este y el próximo año o con ambiciosos proyectos industriales, Scania quiere dejar claro a sus accionistas que tiene las ideas claras con independencia de si acaba fusionándose con su rival MAN o sigue su camino en solitario. Los planes de la compañía presidida por Leif Östling pasan por aumentar un 40% la producción de vehículos hasta 100.000 unidades en los próximos años y acometer un proceso de reestructuración industrial que concentraría en la fábrica de Södertjale buena parte de la producción. Cerca de 800 empleados saldrían de la compañía en los próximos tres años.
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