M. R.. Corresponsal
BRUSELAS.-
Javier Solana, experto en Balcanes inestables -en 1999, como secretario general de la OTAN, bombardeó la ex Yugoslavia por el genocidio en Kosovo-, pidió ayer «calma» y «responsabilidad» a los albano-kosovares que aspiran ahora a la independencia de Serbia.
La provincia, gestionada por la ONU con 17.000 soldados de la OTAN, preveía aclarar su estatus el año pasado, pero la ONU, EEUU y la UE acordaron esperar a las elecciones en Serbia este domingo para no dar alas a nacionalistas radicales.
Tras un encuentro con el presidente kosovar, Fatmi Sejdiu, quien defendió la creación de un Estado que se integre «rápidamente» en la UE, Solana reconoció que, si se aprueba con una resolución de la ONU «lo esperado» -la independencia con «soberanía limitada»-, hará que Kosovo acabe entre los Veintisiete.
Al menos hasta junio, sobre todo por la resistencia de Rusia, no habrá una resolución, indispensable para la independencia. Los líderes europeos, por ejemplo los españoles, tienen miedo a una declaración unilateral de autonomía sin apoyo de la ONU que inspire a cientos de movimientos irredentistas.
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