«Pastor humilde y extraordinario que dedicó su vida a la comunidad en la que vivía con una energía y una vitalidad fuera de lo común». Así definen sus amigos al obispo católico no oficial de Nanning (Guangxi, China), monseñor Joseph Meng Ziwen. Murió víctima de un cáncer de hígado, a los 103 años, el pasado domingo. Era el prelado más anciano de todo el país asiático.
El Gobierno chino permite la práctica religiosa sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la Asociación Patriótica (AP), cuyo estatuto recoge la creación de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede.
Monseñor Meng pertenecía a la otra Iglesia, la no oficial o clandestina. Por eso, tenía que firmar sus pastorales y documentos como un simple sacerdote y vivir en la clandestinidad.
Como dice el gran experto en China, padre Giancarlo Politi, misionero del PIME: «Era una persona que hasta hace tres años, a los 100 de edad, celebraba misa cada domingo en tres parroquias distintas».
El prelado chino había nacido el 19 de marzo de 1903 en una familia no católica de Hengling. Fue bautizado siendo ya joven. A los 18 años, ingresó en el seminario menor, donde permaneció otros ocho. De ahí pasó al seminario mayor de Penang, en Malasia, donde estudió durante seis años Teología y Filosofía. Fue ordenado sacerdote en 1935, en Nanning.
Tras la revolución comunista fue acusado de colaboracionismo con el partido político Kuomintang y, a principios de los años 50, fue enviado a un laogai (campo de reforma a través del trabajo), del que tardó en ser liberado siete años.
A la salida del campo de reeducación, abrió una clínica, aprovechando sus estudios de medicina de sus tiempos de juventud. Un año después, acusado de «atender a los enemigos de la Revolución», fue nuevamente detenido. Y no salió del campo de trabajo hasta 1970. En total, unos 20 años en campos de reforma de Mao.
Ya libre, se armó de valor y, en los años 80, logró la restitución de algunos bienes y propiedades de la diócesis y estructuró un grupo de religiosas y sacerdotes encargados de la evangelización.
«Llevar a Cristo al mundo» fue el objetivo principal de toda su vida y su lema episcopal. Con la aprobación de la Santa Sede, recibió la consagración episcopal en 1984, pero el régimen comunista nunca quiso reconocerlo como obispo.
De ahí que, para evitar problemas a su comunidad, monseñor Meng siempre firmase los documentos oficiales de la diócesis como sacerdote. Y también por eso, sus fieles le llamaban afectuosamente lao shenfu (sacerdote más anciano).
Como recuerda el padre Politi, monseñor Meng «siempre vivió con humildad y, aún sin poder proclamarse obispo, siempre se movió con bastante libertad por todo Guangxi, que cuenta con comunidades cristianas pequeñas y vivas en un clima distendido».
Sus comunidades lloran al obispo que, con humildad y sencillez, supo dar testimonio de fe en Cristo en medio de la persecución y de las adversidades políticas que la Iglesia católica no oficial sigue sufriendo en la China actual.
Joseph Meng Ziwen, obispo católico de Nanning (China), nació el 19 de marzo de 1903 en Hengling (China) y falleció el 14 de enero de 2007 en Nanning.