BARCELONA 3
ALAVÉS 2
CAMP NOU. 39.720 ESPECTADORES
Jorquera Oleguer Márquez Puyol Sylvinho Motta Xavi Gio Ezquerro Saviola Ronaldinho Cambios: Giuly porEzquerro (min. 46)
Zambrotta por Oleguer (min. 65) Edmilson por Motta (min. 73)
Ardouin Edu Alonso Gaspar Mateo Angel Lacen Gabriel Carpintero Thiago Arthuro Wellington Cambios: Ogbeche por Wellington (min. 60)
Elton por Gabriel (min. 66) Ian por Arthuro (min. 70)
Arbitro: Pérez Lima
Tarjetas amarillas: Gaspar y Gio.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 1-0: Saviola (min. 16). 2-0: Saviola (min. 20). 2-1: Wellington (min. 34). 2-2: Arturo (min. 41). 3-2: Saviola (min. 62).
BARCELONA.- Todo apuntaba a que el Camp Nou vería un bodrio, un duelo desigual, un mero entrenamiento para el actual campeón de la Champions. Nada más lejos de la realidad: los hados tenían anoche antojo de fútbol y lograron que cada llegada se convirtiera en gol, con lo que Barça y Alavés ofecieron un espectáculo digno, con un ingrediente sorpresa: el miedo, padre del buen fútbol.
El choque empezó con un claro dominio territorial de los azulgrana.Tal vez espoleados por la humillación sufrida en Montjuïc, o por el toque de atención de Rijkaard, que reclamó más presión al rival en la víspera, el Barça encerró a su rival desde el primer minuto.
La insólita medular azulgrana, integrada por Motta, Xavi y Gio, se bastó para adueñarse del balón y dotar al partido de un trantrán que en el Camp Nou se está convirtiendo en un sospechoso habitual.Sin embargo, fruto de este dominio el Barça pareció sentenciar el choque y la eliminatoria antes de la primera media hora.
El primer gol llegó tras un lanzamiento de falta de Ronaldinho -que sigue en estado de gracia en este aspecto- que el guardameta Ardouin no acertó a atajar. Su rechace impactó en el cuerpo de Saviola, que inició así su recital goleador. Las quejas de la defensa, que pidieron mano del argentino, sirvieron de poco.
El Conejo prosiguió su desesperada y probablemente infructuosa lucha por reivindicarse ante los ojos de Rijkaard y Begiristain con un impresionante remate de cabeza tras centro de Motta. El balón se coló por la misma escuadra, y algunos en el estadio pudieron recordar que no hace tanto, con el club sumido en una prolongada pesadilla, Saviola fue uno de los pocos motivos de alegría que arrojaba la triste rutina azulgrana.
El Alavés, sin embargo, se dispuso entonces a llevar a cabo un meritorio ejercicio de dignidad profesional y se fue hacia la portería de Jorquera. Pese a que el mismo dueño del club había explicado en las horas previas que la eliminatoria estaba perdida, el mensaje no caló entre unos futbolistas sedientos por reivindicarse.
Primero fue Wellington, tras una precisa combinación con Arthuro, quien se plantó ante el portero barcelonista para lanzarle una perfecta vaselina. Su generosa celebración sirvió de prólogo a lo que se avecinaba. Antes del descanso, y desde casi 30 metros, Arthuro enganchó un gran disparo en una falta directa que superó a la barrera y petrificó a Jorquera.
En la reanudación, resultó imposible adivinar si Rijkaard se había alterado, si había abroncado a sus hombres o si sencillamente se había sentado a fumar. Es algo que no se sabrá nunca. Sin embargo, el Alavés salió a morder, creyendo en una remontada que habría empequeñecido el Maracanazo.
Los vitorianos regalaron a los barcelonistas más medrosos un fulgurante inicio que debió conllevar algún que otro amago de infarto. Primero fue Márquez, que se alió con Wellington para dejarle solo ante Jorquera. Con el portero driblado en el suelo, Puyol salvó el 2-3 sobre la línea de gol.
La empanada no remitió ahí, y en poco más de dos minutos, Thiago y Arthuro estuvieron a punto de colocar el 2-3 en el marcador.Sin embargo, el balón no quiso entrar y ahí acabó la historia.Saviola estaba empeñado en que nadie le robara un titular y completó su hat trick en otra acción para el recuerdo. Ronaldinho y Xavi combinaron en la frontal del área, el canterano la elevó a lo Laudrup sobre la defensa y el argentino la empalmó a la red.
Tras el susto se abrió el debate: Saviola lleva los mismos goles que Gudjohnsen jugando menos de la mitad del tiempo. Con Ezquerro, la comparación resulta imposible. Y los plazos para que el Barça negocie su continuidad empiezan a agotarse.