JOSÉ MANUEL GOMEZ
Los Coyotes 1984
Guitarra y Voz: Víctor Abundancia./ Batería: Celes Albizu./ Contrabajo: Fernando Gilabert./ Teclados: Juanjo Javierre./ Trompeta: Sara Lozano./ Guitarra: Pablo Novoa./ Escenario: Sala El Sol, Madrid./ Fecha: 13 de enero.
Calificación: ****
MADRID.- Víctor Abundancia prometió que sería una noche nostálgica, una reunión de amigos y, era verdad, ahí estábamos los de siempre. La sala llena y la firme convicción de que Los Coyotes se adelantaron a su tiempo, inventaron el rock latino y se convirtieron en música de minorías. Un grupo pionero que no sale habitualmente en las recopilaciones de la edad de oro del pop español, las canciones que hoy se tararean en guateques y botellones.
Las canciones del Coyote no encajan ni el pop, ni en el punk, ni en la salsa. No ocurre hoy, ni ocurría en 1984, cuando Los Coyotes grabaron su primer elepé, Mujer y sentimiento, después de años mezclando Rocka billy con la música latina. El primer tema era La historia de Pepe, un surfero perseguido por la policía política portuguesa, siguió la monumental Sólo cuando deseo coreada a pleno pulmón por el respetable con una media que superaba en mucho los 40 años. Con Lenga Lenga reivindicó, con ritmo de Cabo Verde, la unión de España y Portugal.
Las palabras de agradecimiento de Abundancia acabaron en parodia con retranca. «Quiero dar las gracias al alcalde Tierno por inventar la Movida» para rematar «y al alcalde Alvarez del Manzano que dijo que la Movida era una mierda». Víctor excusó la ausencia de Ramón Godes, guitarrista y productor de Mujer y sentimiento, sustituido por Juanjo Javierre (de los Mestizos, un grupo hermano de Huesca que también ha regresado). El mestizo subió la temperatura con rock & roll primitivo para luego alimentar el esdrújulo compás del Coyote con el sonido setentero de un farfisa de verbena.
Víctor declinó interpretar algunas piezas de su repertorio pero incluyó varias del elepé de 1988 De color de rosa como Las chicas de las revistas guarras o Esta noche me voy a bailar. Volvió a los primeros años 80 con El mono y pidió perdón por la nefasta influencia que ha posibilitado que hoy existan flamenquitos como Melendi o El Arrebato.
El cantante invitó a otro gallego, el guitarrista Pablo Novoa para encajar un final memorable con Cien guitarras y Como un extranjero al que añadieron una frenética versión de uno de los clásicos del rock, Who do you love, de Bo Diddley, con lo que la nostalgia se fue definitivamente al carajo. La última vuelta de la tuerca, se retorció con la interpretación en trío de Extraño corte de pelo el primer single de la banda.
Luego Víctor Aparicio Abundancia salió a firmar ejemplares de sus peculiares memorias de la Movida, Cruce de perras. Avanzada la madrugada no quedaba un pinchadiscos en Madrid que pareciera haber digerido las sabrosas enseñanzas del Coyote.
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