L. F. L.
Perdieron los Grizzlies, por supuesto. Cuando un equipo que sólo ha ganado nueve partidos se mide a quien sólo perdió ocho lo previsible resulta seguro. Porque Memphis es colista de la NBA, venía de caer por 45 puntos con los Bulls y había perdido 29 partidos de Liga. Y puso una mancha más en su historial, ante Phoenix, su contrario: 29 victorias ya, líder de su división tras encadenar 10 victorias. En algo sí que coinciden: un modelo de juego enfocado hacia los contraataques y las transiciones rápidas, espectacular, como quedó probado (122-137, 72-76 al descanso).
«Se pueden comparar estilos, pero no se pueden comparar jugadores», responde resignadamente Pau Gasol. Su compañero Mike Miller incide en el asunto: «Es divertida [la manera de actuar del conjunto], pero es más divertido ganar». Gasol (23 puntos) y Miller (25), los dos elementos destacados de unos Grizzlies cada día más hundidos, que de los últimos seis encuentros han sacado una victoria y cinco derrotas, cuatro de ellas en su propia cancha.
La más reciente la sirvió Amare Stoudemire (42 puntos y 9 rebotes). Como Gasol no podía frenarle, Tony Barone probó con Warrick, que aún le molestó menos. Al final, Barone llegó a una doble conclusión. Primero: «Stoudemire simplemente es una bestia». Segundo: «No es suficiente pensar en correr. Si actuamos así tenemos que defender».
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