José Luis Rodríguez Zapatero llegó al debate del lunes en su peor momento, pidió a sus ministros el viernes pasado confianza en lo que iba a ocurrir en el Pleno del Congreso y, finalmente, salió de la Cámara fortalecido.
Al menos, fuentes del Gobierno y del PSOE dejaron traslucir ayer una cierta sensación de alivio, por primera vez desde el doble asesinato del 30 de diciembre. La clave, aseguran estas fuentes, está en el «exceso dialéctico» de Mariano Rajoy durante el debate, precedido de la ausencia del PP en la manifestación del sábado.
Igual que del Debate sobre el estado de la Nación de 2005 quedó lo de «usted traiciona a los muertos» que Rajoy le dijo a Zapatero, de la sesión del lunes quedará la frase que vincula las bombas de ETA con la posición del Gobierno. En ambos casos, más que el mensaje de Zapatero, quedará el discurso de Rajoy y lo que el Ejecutivo considera «excesos».
La estrategia de La Moncloa ayer consistía en intentar contraponer la voluntad de acuerdos del presidente con la posición implacable e inflexible del líder de la oposición.
Por eso, por un lado se aseguraba que en los próximos días se contactará con el PP para cumplir el compromiso de reunir la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista en breve. Por otro, un portavoz, en nombre de Zapatero, ponía de manifiesto la posición extrema de Rajoy y aseguraba que «el líder de la oposición rompió ayer todos los puentes de colaboración con el Ejecutivo en materia de lucha antiterrorista».
Según La Moncloa, con su intervención «pretendió dañar al presidente del Gobierno, pero acabó dañando al país».
La idea, en principio, es que esa reunión de la Comisión de Seguimiento del Pacto la presida el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como ha ocurrido hasta ahora. Por parte del PSOE irían también José Blanco y Diego López Garrido, entre otros.
No obstante, hay precedentes de compromiso incumplido de Zapatero para reunir ese Pacto. De hecho, reiteró durante meses que antes de dar vía libre al diálogo con ETA lo reuniría y, finalmente, compareció ante los periodistas el 29 de junio sin cumplir su palabra.
La última vez que se reunió la Comisión de Seguimiento fue hace ya más de dos años, el 29 de diciembre de 2004. Si llega a reunirse finalmente, el Gobierno tiene previsto reiterarle al PP su propuesta de ampliar el acuerdo al resto de partidos y a organizaciones sociales, modificando su contenido, en busca de un pacto de mínimos que dé cabida a todos.
En el caso de que el PP, como explicó anteayer Rajoy en el Congreso, rechace esa modificación y su ampliación, el Gobierno seguirá adelante. En todo caso, podrá mostrar respaldo político y social, y Zapatero quedará blindado, tras las dudas de las semanas posteriores al atentado de Barajas.
Para eso, pactará con todos los demás partidos, con sindicatos y asociaciones, incluidas las de inmigrantes y otros colectivos. Zapatero podrá exhibir así ese respaldo.
La semana que viene, además, debería cumplirse el compromiso de Rubalcaba de hacer una ronda con todos los partidos con representación parlamentaria cada 15 días. Si es así, a mitad de semana debería abrirse la ronda con una reunión de Rubalcaba con Eduardo Zaplana, portavoz parlamentario del PP.
Esa reunión podría ser el lugar en el que se planteara la convocatoria de la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista. En paralelo, el Gobierno negociará con los partidos y las asociaciones un texto contra ETA. Ese nuevo acuerdo, según las previsiones del Gobierno, será genérico, mostrando el rechazo a ETA y la fortaleza del Estado de Derecho. No cerrará el paso al diálogo con ETA sin violencia, porque lo defienden varios grupos parlamentarios.