JAVIER ORTEGA. Corresponsal
ZARAGOZA. - En la más estricta intimidad tuvo lugar ayer el entierro del alcalde de Fago, Miguel Grima, en el cementerio de Sabiñánigo, la localidad natal de su mujer. El fallecido había expresado su deseo de ser incinerado, pero la titular del Juzgado de Jaca que instruye las diligencias por el asesinato no lo autorizó. El motivo es por si en algún momento fuera necesario realizar una nueva autopsia.
Por otra parte, el Gobierno de Aragón, reunido ayer en Consejo, expresó su consternación «por un hecho absolutamente reprobable» y, dado el secreto del sumario, está a la espera de lo que decidan los jueces y la investigación. Asimismo, el PP deberá designar, si lo considera oportuno, de entre los vecinos de Fago a uno que sustituya a Grima en la Alcaldía.
Responsables del PP en Huesca mostraron ayer su disposición a colaborar con la Justicia por si también son llamados a declarar.
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