Los cinco jóvenes Ñetas acusados de apuñalar y apalear a dos Latin King no sólo negaron ayer su participación en el múltiple ataque ocurrido en septiembre de 2005 en el Retiro contra la banda rival. También desmintieron que fuesen integrantes de los Ñetas. Sólo uno de ellos, Luis Alejandro Bravo, de 19 años, admitió ante el tribunal que formó parte de este grupo durante varios meses. Sin embargo, el joven Latin King atacado y apuñalado sí reconoció a tres de ellos en la misma sala como ya lo hizo en otras ruedas de identificación previas. Aseguró que vio sus caras entre la gente que le acuchilló en la noche del 14 de septiembre de 2005. No obstante, declaró que los atacantes eran de mayor altura que él y de tez morena. Luego se demostró que ninguno de los procesados era más alto.
El juicio contra estos cinco presuntos Ñetas comenzó ayer en la sala cero de la Audiencia Provincial de Madrid. Los acusados son los ecuatorianos Raúl Sebastián Cadenas, de 19 años; Oscar Milton Cruz, de 23; René García, de 27; Mario Rodolfo Romero, de 19, y Luis Alejandro Bravo, de 21. Se les acusa de acudir a las 21.45 horas del 14 de septiembre de 2005 con cuchillos, navajas y destornilladores a un parque en las inmediaciones de la salida del metro Sainz de Baranda, en donde suelen reunirse los Latin King, con el fin de acabar con la vida de alguno de ellos.
Una vez allí, el grupo agresor, formado por entre 30 y 40 personas, se encontró con dos Latin King, Danny Paul M.A., de 22 años, y José Fernando T.S., de 15, a los que rodearon, golpearon y clavaron las armas que portaban. A pesar de todo, los agredidos consiguieron salir huyendo malheridos del lugar. Se enfrentan a penas de 16 años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de lesiones, ambos con la agravante de abuso de superioridad, además de un delito de asociación ilícita, según Europa Press. En su escrito el fiscal mantiene que el objetivo del grupo era «formar un clan de dominio social constituido de forma piramidal». Además la banda obligaba a la «realización de actividades violentas para ascender en la estructura y a la defensa a ultranza de la hegemonía de la banda sobre otros grupos urbanos».
El primero en declarar fue Oscar Milton Cruz, de 23 años. Este joven residía en Majadahonda junto a su pareja de nacionalidad polaca con la que tiene una hija. Aseguró que no pertenecía a la banda de los Ñetas y que acudió en la noche del 14 de septiembre a la zona de Sainz de Baranda para comprar ropa tras pasar todo el día trabajando en una obra, ya que estaba empleado en una empresa de construcción pese a que no tenía papeles.
«No soy Ñeta, nos los distingo y no conozco a nadie de esa banda. Sólo me preocupo por mí, mi mujer y mi hija», insistió el acusado. Reiteró que se encontró por la mañana con otro de los acusados, René, y quedó con él para encontrarse en la zona de El Retiro. Admitió que ese día cogió una barra de hierro del trabajo y que la llevaba encima ya que había sido amenazado días antes por otro grupo. «La barra la llevaba muchos días pero no para agredir, sólo para intimidar en caso de ser atacado».
Oscar relató que no participó en la agresión contra los Latin King y que cuando salió del metro vio el final del tumulto. Se marchó de la zona junto con René y Raúl para evitar problemas. «Luego», prosiguió, «la Policía nos paró, me pidió los papeles y, como no tenía, me detuvieron».
El segundo en testificar fue René García, que también negó que fuese un Ñeta o participase en las actividades de este grupo. Con todo, dijo que pudo ser identificado en su día como miembro de ese grupo de Ñetas tras un control que realizó la Policía a la salida de una discoteca latina. También comentó que acudió a la zona de Sainz de Baranda para ver tiendas de ropa en compañía de Raúl Cadenas. No obstante, desmintió a Oscar al decir que no quedó con él por la mañana para ir de tiendas. Aseguró que al salir del metro vieron a un grupo de «latinos» que estaban peleándose, pero señalaron que como temían «salir malparados» se marcharon del lugar. Asimismo, dijo que Oscar recogió una barra de hierro que había en el suelo porque les indicó que era suya. A René la Policía le requisó un destornillador en los bolsillos que, según sus palabras, llevaba «porque había estado arreglando unas cosas en casa».
Raúl Cadenas, también vecino de Majadahonda, fue el tercero en declarar. Ratificó la versión de que había acudido a comprar ropa a la zona de Sainz de Baranda y que al salir del metro se encontraron con un grupo de personas latinas. Varios de ellos se dirigieron a él diciéndole: «Fucking, Ñetas». Raúl, que fue reconocido por un vigilante del Metro dentro de la estación, subrayó que no participó en la agresión. «Vi a gente salir del Metro con pasamontañas y con palos y navajas en las manos, y les dije a mis amigos: 'Vámonos de aquí', y en eso llegó la Policía y nos detuvo», dijo. También señaló que no era Ñeta y que no conocía a ninguno de ellos. «Los conozco sólo por la televisión». Aclaró que en una ocasión se encontraba en un parque con varios amigos latinos cuando llegó la Policía y le identificó durante «un control se selectividad de las bandas».
El cuarto procesado, Mario Rodolfo Romero, de 18 años, explicó que el día de los hechos se encontraba con su familia en su barrio. Comentó que conocía de vista a la víctima de la agresión, Danny, ya que ambos vivían en Vallecas. Reconoció que en su barrio se mueven los Ñetas aunque nunca se ha interesado por este grupo. «Las bandas sólo traen problemas, cárcel o muerte y yo nunca he querido ser miembro de ninguna de ellas». Dijo que Danny le identificó de manera equivocada en una rueda de reconocimiento porque «le sonaría mi cara porque vivimos en el mismo barrio». Romero, que fue detenido dos meses después de la agresión afirmó: «Yo no estuve en la pelea, estaba por mi barrio, en Vallecas, y en mi casa, y no conozco a ninguno de los acusados», aseveró.
El último de los procesados en testificar fue Luis Alejandro Bravo, que contaba con 19 años el día de los hechos. También fue detenido meses más tarde y repitió que el día de la agresión estaba «en el domicilio de su padre con su mujer y su hermana» en un piso de Usera. Sí confesó que «paraba con los Ñetas pero que no era uno de ellos», aclaró. Es más, dijo, que había sido amenazado por los Ñetas por no ser un miembro activo. Luis fue el único que explicó algunas características de los Ñetas. Dijo que un Ñeta observador es alguien que está a prueba y un Ñeta juramentado es alguien que ya ha pasado todos los exámenes. También reconoció que fue citado como testigo tras el asesinato en febrero de 2005 de un Latin King en la plaza de Cantoria de Carabanchel. Asimismo dijo que estando en la cárcel de Alcala-Meco fue amenazado por otros internos que le acusaron de ser un desertor de los Ñetas.
Los abogados de los acusados están convencidos de que los cinco «son inocentes» porque «no pertenecen a ninguna banda latina y no participaron en el linchamiento», según dijeron a Europa Press. «Están pagando justos por pecadores», aseguró uno de ellos.
LOS ÑETAS PROCESADOS.
En la fotografía de la izquierda, Oscar Miltón, de 23 años, uno de los Ñetas procesados, entra en la Audiencia Provincial ocultándose con el brazo y esposado por agentes de la Guardia Civil. A la derecha, Mario Rodolfo Romero, de 19 años, otro de los cinco supuestos Ñetas acusados, antes de entrar en la Audiencia con un gorro de lana que le cubre su cabeza rapada.