Coproducido por la Comunidad de Madrid y la Generalitat Valenciana, este espectáculo es fruto de un convenio firmado el pasado mes de abril por la presidenta Esperanza Aguirre y su homólogo Francisco Camps, en el que ambos se comprometieron a velar por la promoción, difusión y fomento de las actividades culturales entre ambas regiones.

Santiago Fisas, consejero de Cultura y Deportes de la Comunidad, reconoció sin embargo que el proyecto nació «durante una cena» en la que Magüi Mira le propuso esta producción. Fue uno de los muchos «convencimientos» que llevó a cabo la actriz y directora valenciana, verdadera dinamizadora de la producción. También fue ella quien, una vez elegido el texto, le pidió a Sanchis Sinisterra que se hiciera cargo de la versión. Fue a Londres para hablar con Will Keen, actor británico experto en la obra de Shakespeare. Confió en la cinematográfica Lucía Jiménez, algo novata en las tablas, para los papeles de Hermiona y de su hija Perdita -sólo Judi Dench ha hecho ese doblete-. Y después de todo ese proceso no se muestra agotada, sino «feliz» y con algo de «vértigo» por la puesta de largo de tanto esfuerzo ante el público. Ha sido, no lo niega, «un trabajo durísimo». «Valoro mucho que me hayan dejado contar esta historia desde la sensibilidad femenina, y sobre todo de no haber tenido que usar las armas de mujer para que me hayan dado esa libertad».

¿En qué ha consistido exactamente la mirada femenina? «Hermiona dice en un momento de la obra: 'La verdad de una mujer vale tanto como la verdad de un hombre'. Shakespeare fue sensible ya en el siglo XVII a que la mujer no tenía su espacio, y yo no quería dejarlo pasar».

Sobre los celos

Un cuento de invierno, basada en una obra de Robert Greene publicada en 1588, es una comedia de madurez de Shakespeare, una denuncia de los males que acarrean los celos y el dolor de no sentirse amado. El rey de Sicilia, Leontes, acusa y condena a su mujer embarazada, la reina Hermiona, de adulterio con su mejor amigo, Políxenes, rey de Bohemia. La venganza que ese irracional dolor urde entronca con la mitología y, mientras los celos arden, la tragedia va derivando en comedia.

La presencia del actor Will Keen, al que los aficionados al teatro pudieron ver en el Español el pasado verano con otro clásico, The Changeling, ha sido un acicate para todos. «En ocasiones, su forma de actuar nos pone contra las cuerdas porque se hacen evidentes todas nuestras carencias», concedió Mira. El actor se sentía «honrado» por toda «la fe» puesta en él. «En el momento en que Shakespeare escribe esta obra, Inglaterra acaba de salir de una cruel guerra religiosa, pero su hija, católica, se había casado con un protestante sin importarle nada. Cuando se acercaba la muerte del autor seguía pensando que las nuevas generaciones podían superar los horrores de sus padres. Lo que nos enseña esta obra es el optimismo, que merece la pena seguir luchando», explicó el británico con un extraordinario uso del castellano.

Lucía Jiménez, que calificó el trabajo de su compañero de «brillante», reconoció que enfrentarse al Teatro Albéniz por primera vez con una obra de Shakespeare era «todo un lujo, un sueño». «Éste es un texto que tiene momentos salvajes», anunció la actriz segoviana, más conocida por sus papeles en el cine y la televisión. «Hacer dos personajes es muy interesante, sobre todo porque no tienen nada que ver. Hermiona es una reina que lucha por su dignidad. Cuando termino con esa primera parte de la obra y afronto el personaje de Perdita, una niña criada entre pastores, mucho más fresca, es como estar en el recreo».

Un cuento de invierno no se representaba en castellano en España «desde hace 30 o 40 años», según Magüi Mira. Ahora, sin embargo, la producción afronta una larga gira por el país e incluso por el extranjero. Una ambición que la llevará, si todo va bien, al Festival de Shanghai a finales de abril.

Un cuento de invierno

. Hasta el 28 de enero en el Teatro Albéniz (Paz, 11). Precio, de 15 a 22 euros.