Estamos en el año 2017. La atroz guerra civil en Irak ha concluido. Un baño de sangre tan devastador que sólo queda un iraquí vivo. El presentador de las noticias. Un personaje surrealista que acude al estudio de televisión portando unas estrafalarias gafas de sol y una enorme peluca afro.
El sui géneris interlocutor aparece interpretando una melodía en la que dice que le gustaría ser un gato. «Nadie le pregunta a un gato de dónde eres, a qué partido perteneces o si eres árabe, kurdo, suní o chií», advierte. Pero no sólo el inicio está fundado en el sarcasmo.
El telediario de 20 minutos es una sucesión de burlas fundadas en el humor más cáustico. Según el periodista el «Ministerio de Agua y Residuos» iraquí ha cambiado de nombre. A partir de ahora se llamará sólo Ministerio de Residuos porque lo del agua corriente es una causa perdida en el presente Irak. Noticia de última hora. Los americanos anuncian que retirarán sus tropas el 1/1. Es decir, el 1 de enero. El presentador rectifica. Se trata de un error. Han dicho que se retirarán «de uno en uno, lo cual quiere decir que su repliegue les llevará 600 años».
«Date prisa, está muerto», no respetaba a nadie. Americanos, políticos, milicianos chiíes e insurgentes suníes fueron objeto de las pullas lanzadas por Saad Khalifa en esa emisión que confirmó el pasado mes de Ramadán la popularidad de este actor de 43 años, de tan diminuta estatura como especial sentido del humor.
Khalifa se ha convertido en toda una estrella mediática en Irak por su capacidad para intentar hacer reír a un país sumido en una devastadora contienda. Date prisa, está muerto se sumó a la fama que había adquirido desde el 2005 en Caricaturas, otra producción del canal Al Sharqiya, basada en la mofa de las incontables tragedias que sufre el país árabe.
La notoriedad que alcanzaron ambos programas ratifica el humor negro que han aprendido a desarrollar los locales ante la adversidad. «Mientras la carnicería empeora, el humor iraquí es más ácido que nunca», escribía en el mes de diciembre Iraqslogger, uno de los blog iraquíes más reconocidos, que además recogía toda una serie de chistes especialmente populares en Bagdad que incidían en tal actitud.
Quizás el más mórbido fuera aquel en el que un conductor se encuentra bloqueado en un monumental atasco de tráfico en una autopista y repentinamente un hombre le golpea en la ventanilla. Al bajarla, le pregunta: «¿Qué pasa?». «Los terroristas han secuestrado un poco más adelante a George Bush y a Dick Cheney», le dice el desconocido. «Piden una recompensa de 100 millones de dólares o dicen que les rociarán de gasolina y les quemarán vivos. Vamos de coche en coche haciendo una colecta». El primer chofer inquiere: «¿Y cuánto habéis recogido ya? A lo que su interlocutor replica: «La mayoría de la gente está dando unos cinco litros».
Otra de las jocosidades hace referencia al actual presidente, Jalal Talabani, al que llama su esposa cuando se encuentra en medio de una reunión de ministros. «¡Vente rápido para casa! ¡Hay unos ladrones dentro!», le grita la señora aterrorizada. Con el tono pausado Talabani le responde que se debe tratar de una equivocación. «Todos los ladrones están ahora mismo frente a mí». Khalifa trabajó durante más de una década bajo los auspicios de la terrible dictadura de Sadam Hussein «pero entonces sabías donde estaba el peligro (la crítica al régimen) y podías soslayar el riesgo con giros de palabras y alusiones indirectas», explicó a EL MUNDO desde Damasco.
«Sin embargo ahora estamos ante el caos. Cuando hacía Date prisa, está muerto no paraba de recibir e-mails o mensajes de SMS con insultos y amenazas de muerte. Y no sabías muy bien si era por esa o aquella broma», asegura. En el nuevo Irak las amenazas no suelen ser un asunto baladí. Khalifa lo comprendió tras el atentado contra la mezquita sagrada chií de Samarra, en marzo del 2006, y por eso un mes más tarde se instaló provisionalmente en Siria, de donde se desplazaba a Bagdad para intervenir en los episodios de Caricaturas, compartidos por seis humoristas, incluido Walid Hassán. El 20 de noviembre un grupo de pistoleros acabó con la vida de este último. «Era más que un compañero. Perdí un amigo y un hermano», recuerda Khalifa. Al día siguiente Saad y otros tres artistas del espectáculo se marcharon definitivamente a Siria. «Todos teníamos miedo de seguir el mismo destino que Hassán. Bushra Ismael (la única mujer del programa) no se vino pero lo hará en breve», añadió el cómico.
LO DICHO Y HECHO
«Se trata de dejar una sonrisa en la cara de los iraquíes, acostumbrados a llorar»
1963: Nace en la provincia de Diyala, al norte de Bagdad. 1975: Se inicia en el teatro durante sus años escolares. 1990: Se traslada a Bagdad, donde debuta como profesional en una representación para niños. Durante la última etapa de la dictadura intervendrá en más de una veintena de espectáculos teatrales. 2005: Comienza a actuar en Caricaturas. 2006: Protagoniza Date prisa, está muerto.
