Jueves, 18 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6241.
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De Puta Madre 69: de 'narco' a diseñador, pasando por Can Brians
LETICIA BLANCO

BARCELONA.- En De Puta Madre 69 siempre se lía la gorda durante el Bread&Butter. De repente, el volumen de la música sube hasta límites discotequeros y un loco encaramado al techo del stand de la firma más macarra del salón empieza a tirar camisetas a un público que se suele quedar con la boca abierta.

Ayer, el mismo loco se encaramó de nuevo al techo del stand.Se llama Ilán Fernández, fue narcotraficante de cocaína y pasó una buena temporada pagando por ello en Can Brians, donde empezó su línea de camisetas De Puta Madre 69. Cinco años después, la firma factura 60 millones de euros y vende en medio mundo sus colecciones con el popular lema, epítome del macarrismo más bravucón.«Estar en la cárcel es muy duro. No estás precisamente de puta madre. Y tampoco tienes sexo, así que por eso se me ocurrió el lema, era una manera de expresarme de forma libre y tratar de ir adelante, de no hundirme».

Lo que empezó como una serie de simples camisetas con el lema escrito con rotulador y a mano se ha convertido en una mina de oro. «No lo hice por dinero», confiesa Ilán, pero esta particular vía de redención canalla ha calado entre el público, que ve a este ex traficante de armas global (ha vivido en Colombia, Miami, California, Barcelona y actualmente reside en Italia) como un ejemplo de self-made man que representa lo cool , pero sin imposturas.

Ilán es sinónimo de controversia. Ayer se quejaba sotto voce de la organización del salón, y afirmaba que echa de menos más apertura de miras. No es de extrañar, teniendo en cuenta el show que ha montado para esta edición, donde presenta su nueva línea Gold, mucho más sofisticada. A Ilán se le ha ocurrido recrear un peep show que emula a los escaparates del Red Light District de Amsterdam. Con chicas que hacen ver que son prostitutas y posan semidesnudas en una cama con el visitante (masculino, se supone) que lo desee. «Es sólo por provocar, no pretendo ofender a nadie», sonríe Ilán, señalando orgulloso a su mujer, que merodea con el bebé de ambos entre strippers. «Es campeona de esquí acuatico», presume. Ver para creer.

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