El virus de la gripe española, que infectó a un tercio de la población del planeta durante la I Guerra Mundial y mató a unos 50 millones de personas, debía gran parte de su letal eficacia a su capacidad para activar una reacción excesiva y continuada en el sistema inmune. Las propias defensas del paciente se aliaban con el agente invasor para destruir sus pulmones y, en muchas ocasiones, causarle la muerte por asfixia.
Así lo acaba de mostrar un estudio realizado con macacos, que fueron inoculados con una réplica del virus de la gripe española en un laboratorio de alta seguridad en Canadá. Los monos, al igual que nuestros antepasados, enfermaron de gravedad al día siguiente de ser infectados, y fueron sacrificados al cabo de ocho días.
Durante este tiempo, un equipo de investigadores procedentes de Japón, EEUU y Canadá comparó los efectos del virus de la gripe española, que fue responsable en 1918 de una de las peores pandemias que se recuerdan, con el de una variante actual de la misma enfermedad.
Los resultados del estudio, que se publican hoy en la revista Nature, muestran que la gripe contemporánea es mucho más inofensiva porque provoca una reacción firme, pero puntual y proporcionada, del sistema inmune de los primates. Por el contrario, la gripe española, conocida así porque afectó a ocho millones de personas en nuestro país, activa una respuesta continuada y fuera de control, capaz de causar hemorragias y graves problemas respiratorios.
El mucho más reciente virus de la gripe aviar, aún en circulación, provoca síntomas muy parecidos y, según parece, también desencadena reacciones inmunes aberrantes. Por ello, los autores del estudio creen que esta dañina interacción entre el agente infeccioso y las defensas del animal cuyas células ha contagiado podría ser un elemento común en todas las cepas de gripe que han resultado especialmente perjudiciales.
Lecciones sobre el H5N1
«Lo observado en los monos infectados con el virus de 1918 es lo mismo que lo visto en los virus H5N1 [causante de la gripe aviar]», de acuerdo con el investigador de la Universidad de Wisconsin-Madison Yoshihiro Kawaoka, principal autor del estudio. Estos resultados sugieren que proteger el sistema inmune para evitar reacciones descontroladas resultaría de gran eficacia para combatir casos graves de gripe, como los que, de acuerdo con las autoridades sanitarias, podrían extenderse entre los humanos a causa de una eventual mutación de H5N1.
El trabajo con macacos complementa uno anterior llevado a cabo con ratones, cuyo sistema inmune también reaccionó de forma irregular contra la invasión de la gripe española. En condiciones normales, el organismo crea proteínas que le ayudan a defenderse de la infección. Sin embargo, una respuesta excesiva y prolongada provoca que algunas de estas sustancias se infiltren demasiado en los tejidos y puedan dañarlos, tal y como ocurrió en estos casos.