Fernando Alonso se marchó anoche camino de Inglaterra dándose la razón a sí mismo. Sabía, y lo había anunciado, que le queda mucho trabajo por delante para poner a punto su nuevo McLaren. La perfecta simbiosis que formaba con el Renault es pasado. Toca volver a 2002, cuando entró como probador de la escudería francesa y alternó el traje de piloto con el de mecánico o ingeniero. Ese coche que él afinó se convirtió años después en una máquina feroz. Ahora los plazos son más cortos, pero la labor semejante. Ayer, en su primera prueba oficial con el modelo de 2007, hubo que echar mano de los extintores. A las 18 vueltas, el humo asomó por la parte de atrás. Quebró la bomba de aceite.
No fue necesario cambiar el motor y, tras 50 minutos de arreglos, volvió a entrar en el asfalto para bajar los tiempos de la mañana en una sesión larga de giros. Apretó entonces, forzó en las curvas. Rodó con brío hasta marcar el mejor crono de la jornada (1:12.053), por delante de Heidfeld y Kubika, los chicos de BMW con los que compartió entreno. Los dos equipos se repartieron los gastos que suponen cerrar un circuito. Un dispositivo de más de 30.000 euros, con equipo médico de urgencias y un helicóptero listo para el despegue.
Los estruendosos días organizados en Valencia por el equipo inglés y sus patrocinadores finalizaron con la cruda realidad de la mecánica. Disuelto el glamour de la presentación, surgió un monoplaza, el MP4-22, que apenas ha aprendido a andar. Ayer, en la revirada pista de Cheste, el asturiano completó 57 vueltas, entrando y saliendo de los boxes para transmitir sensaciones a los técnicos. A las tres de la tarde, tuvo que frenar bruscamente al quedarse sin potencia el propulsor. Con el humo asomando, empujó como pudo el vehículo hasta la meta y se marchó al camerino. ¿Alarma? Lógica preocupación. Hace dos años, el R25 también arrancó con muchos problemas en su primer día. Aquel coche ganó el Mundial de 2005.
La tarde deparó sonrisas, pero en un gran premio no hay segundas oportunidades. Un rotura del tanque de aceite es mortal. Un fuera de carrera, cero puntos. Sin embargo, Alonso estaba satisfecho con la reacción. Fue generoso a la hora de poner nota a la flamante creación de McLaren. «Un ocho. Ha ido bien. Sabemos dónde estuvo el problema y, además, el coche cambiará mucho de aquí al inicio del Mundial», explicó. Para mediados de febrero, los ingenieros incorporarán un paquete de evoluciones mecánicas y aerodinámicas que el español aguarda con interés. «Hemos visto que el coche anda», bromeó.
Agenda.
Tras los fastos, Alonso siguió el martes cumpliendo la intensa agenda preparada para su estreno mundial. Rodó, o intentó rodar, un spot de Mercedes en el Palacio de Congresos, que tuvo que ser suspendido a mediodía al detectar un par de cámaras indiscretas en el rodaje. En la doble vida que suponen estas concentraciones (hombre anuncio-piloto de carreras), se colocó el mono por la tarde para desplazarse a Cheste a una reunión con sus ingenieros, con los que habló hasta las siete de la tarde. Doce horas después, volvía a la pista.
Llegó ayer conduciendo un elegante Mercedes negro CLS 63 AMG de más de 500 caballos. Alta gama con todos los extras, regalado por la casa alemana. En el pasado noviembre, Renault acudió a Oviedo a retirarle los cinco utilitarios cedidos. En los detalles (lujo, atenciones, estilo) es donde, según dicen en el entorno del asturiano, se nota la subida de nivel que provoca el traslado a McLaren.
Con un abrigo oscuro y el mono blanco, Fernando Alonso entró en el box número 41 del circuito de Cheste para realizar el primer entrenamiento oficial del año. Se ajustó el nuevo casco, donde lucen un par de alas plateadas y la bandera de España se ha visto reducida, por culpa del diseño, a una estrecha franja en la parte trasera.
«No conozco el nombre de casi nadie, sólo el de mi ingeniero. Al resto les digo 'ey'», relataba el bicampeón sobre su primer día de clase, «me hace gracia verles a todos tan serios, tímidos al no conocerme, es una sensación extraña». Hablaba bajo los ojos brillantes de miles de personas, que aguantaron hasta última hora para saludarle.
El circuito Ricardo Tormo vivió un récord de asistencia, con 7.800 personas que pagaron los cinco euros de la entrada. Hubo banderas de Asturias, trompetas y ovaciones. Ambiente de Gran Premio, aunque fuera miércoles y queden dos meses para que arranque la temporada en la Fórmula 1.
«Alonso, me he escapado del curro por ti», le gritó un aficionado. Nunca en unos tests en España se había concentrado tanto público. El coqueto restaurante del circuito, con menú de 60 euros y vistas perfectas a la recta de meta, también estaba lleno. Influjo de Alonso, ayer de estreno.
LA PRETEMPORADA DE MCLAREN
VALENCIA (Cheste).
24-26 de enero: Fernando Alonso y Lewis Hamilton.
30 de enero: Fernando Alonso y Pedro Martínez de la Rosa.
1 de febrero: Fernando Alonso y Lewis Hamilton.
2 de febrero: Gary Paffett y Lewis Hamilton.
JEREZ.
6 de febrero: Pedro Martínez de la Rosa y Lewis Hamilton.
7 de febrero: Fernando Alonso y Lewis Hamilton.
8 de febrero: Fernando Alonso y Pedro Martínez de la Rosa.
BARCELONA (Circuit de Catalunya).
12 de febrero: Fernando Alonso y Pedro Martínez de la Rosa.
13 de febrero: Fernando Alonso y Lewis Hamilton.
14 de febrero: Pedro Martínez de la Rosa y Lewis Hamilton.
BAHREIN.
Entre el 22 y el 24 de febrero: Lewis Hamilton y Fernando Alonso.
Entre el 27 y el 28 de febrero: Lewis Hamilton y Fernando Alonso.
