A la espera de acabar con ETA, un poco de economía. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reivindicó ayer en su primer gran acto social tras el atentado de la T-4 apoyándose en la gestión económica de su Gobierno. «Terminaremos la legislatura en mejores condiciones que en las que entramos, con más capacidad económica, más recursos, con pleno empleo técnico en muchas partes de España y con más empleo estable».
Con los datos preparados por su nuevo director de la Oficina Económica, David Taguas, el presidente lanzó que el año 2006 «visto en conjunto, seguramente es el año más brillante, en términos económicos, de todo el periodo democrático». Mejor que cualquiera de los de José María Aznar y Rodrigo Rato.
Aseguró que se van a crear más de 3 millones de puestos de trabajo en la legislatura -que prometió agotar-, y con una renta per cápita en la media de la Unión Europea.
Vaticinó que las cuentas públicas de 2006 se saldarán con un superávit del 1,6% del Producto Interior Bruto y que en las de 2007 también habrá números negros de más del 1%. El vicepresidente segundo, Pedro Solbes, y el candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, se sentaron juntos escuchando al presidente en la comparecencia organizada por el Foro de la Nueva Economía. Los patrocinadores ayer del jefe del Gobierno español fueron Asisa, Red Eléctrica Española y British Telecom.
Entre los asistentes, el influyente vicepresidente de CEOE y de Viajes Marsans -nuevo comprador de Air Madrid tras pactar con el Ministerio de Fomento-, Gerardo Díaz Ferrán, calificó en público de «brillante», la intervención económica de Rodríguez Zapatero pero le pidió una reducción adicional del Impuesto de Sociedades hasta un tipo del 20%. Es decir, el mismo propuesto en Francia por Jacques Chirac.
«Vamos tan bien en déficit público que tenemos superávit y muy bien en deuda y eso nos permitirá sin duda alguna, seguir en una tendencia de reducción de impuestos en el futuro», respondió el presidente. Dijo «comprender» que los empresarios quieran ya una nueva reforma, pero recordó que el Gobierno acaba de poner en marcha «la primera reducción del Impuesto de Sociedades desde 1983».
No obstante, dio a entender que en el programa electoral para 2008 prometerá nuevas rebajas tanto en el de Sociedades como en los que afectan directamente a los ciudadanos. Animó, no obstante a los empresarios resaltando que 2007 acabará «con un diferencial de inflación con respecto a la UE en mínimos históricos» y con la inversión pública en investigación, desarrollo e innovación, «el doble que el anterior Gobierno». El crecimiento será, un año más, superior al 3,5%, según sus previsiones.
Al término de su intervención los primeros en acudir a saludar al presidente fueron el presidente del grupo Santander, Emilio Botín, y el de General Electric España, Mario Armero.
Asistieron también al acto el presidente de ACS, Florentino Pérez, el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán -no se sentaron juntos- o el de Ono, Eugenio Galdón. El presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, compartió mantel con el ex ministro de Hacienda, Carlos Solchaga. Los dirigentes sindicales, Cándido Méndez y José María Fidalgo, también acudieron a escuchar al presidente del Ejecutivo.
«Tenemos unos empresarios, unas organizaciones empresariales y unas organizaciones sindicales, ejemplares», proclamó el jefe del Gobierno al valorar los acuerdos laborales y «sus ganas de ayudar a cualquier reto o programa del Gobierno».
El secretario general del PSOE dijo también que en 2007 se aportarán 7.000 millones de euros al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, hasta superar los 40.000 millones de euros y presumió de la Ley de Dependencia: mientras otros países arrancan páginas a su Estado del Bienestar, nosotros añadimos una página nueva».
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