C. R. G.
MADRID.-
El presidente del Gobierno Foral de Navarra, Miguel Sanz, dejó sentado ayer en Madrid que el atentado de Barajas en nada ha cambiado el panorama político, y que el fracaso del proceso de paz no ha eliminado la amenaza que, en su opinión, todavía se cierne sobre el futuro de las instituciones navarras.
A la pregunta sobre si la Comunidad Foral continúa en el tablero de la negociación, el presidente navarro y de UPN afirmó con rotundidad que «sí». Sanz no llegó a dar por probado que el presidente del Gobierno hubiera aceptado presentar Navarra como «moneda de cambio, al contado o en diferido», pero sí que su discurso en favor del «diálogo» con la banda permanece intacto tras el cruento atentado.
«Tras superar el estado emocional del atentado», dijo en la sede del PP después de firmar con la cúpula del partido de Rajoy una declaración conjunta en contra del diálogo con ETA, «todo el mundo ha vuelto a su sitio: Zapatero a su discurso y a la política del diálogo, y ETA, por supuesto, a su pretensión sobre Navarra y la autodeterminación».
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