Fue un largo trayecto para una breve y escueta declaración de apenas 10 minutos. El considerado cerebro del caso Malaya, Juan Antonio Roca, negó ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Málaga, Antonio Navas Hidalgo, haber espiado o vigilado a funcionarios de la prisión provincial de Alhaurín de la Torre.
El ex brazo derecho de Jesús Gil fue trasladado desde la cárcel de Albolote (Granada) para comparecer por un presunto delito de amenazas que se le imputa. Los hechos se remontan a octubre de 2006, cuando, tras un cacheo rutinario, a Roca se le intervinieron unos cuadernos con anotaciones sobre horarios y costumbres del personal penitenciario, además de planos y croquis del recinto carcelario.
Tras la breve comparecencia, el abogado defensor del ex asesor urbanístico municipal marbellí, José Aníbal Alvarez, rechazó que su cliente tuviera intención de amenazar a nadie: «Sólo eran sus pensamientos y vivencias reflejados en apuntes», aclaró el también ex defensor de condenados por el caso GAL.
Por lo que respecta a los planos confiscados por la Dirección de Instituciones Penitenciarias a Roca, éstos son «bocetos que él ha dibujado como Dios le ha dado entender», afirmó la defensa.
Alvarez sostuvo, al ser preguntado sobre la interpretación que se ha dado a tales dibujos, que «eso habría que preguntárselo a los denunciantes». Lo afirmó para referirse al Departamento que dirige Mercedes Gallizo, dependiente del Ministerio del Interior. «En los papeles no había ninguna amenaza concreta a ningún funcionario», insistió el letrado, que no entiende cómo se ha podido imputar a Juan Antonio Roca por un delito de amenazas.
Por lo que respecta a los supuestos horarios de funcionarios anotados por Roca, su defensa desmintió tal extremo: «Se trata de sus propios horarios personales» como recluso porque, acotó, «sería imposible» reflejar los del personal penitenciario.
Este caso, ajeno por completo al procedimiento penal que se sigue sobre la trama de corrupción municipal en Marbella, tiene una doble vertiente en dos juzgados distintos de Málaga.
Por un lado, está el caso de las amenazas contra Roca, instruido por Antonio Navas Hidalgo. En segundo lugar, existe una querella interpuesta por el propio Roca contra el ya ex director de la prisión provincial malagueña, Angel Herbella, a quien denunció por un presunto delito de revelación de secretos.
La acusación dirigida por José Aníbal Alvarez argumentó que la revelación de secretos se había producido al «filtrarse» a los medios de comunicación anotaciones personales y privadas de su cliente. Conductas delictivas que, presuntamente, se habrían cometido, según este letrado, al confiscarse los manuscritos de Roca en esta prisión.