El líder de la formación regionalista que preside Maria Antònia Munar ha recurrido a esta peculiar fórmula para intentar engañar al juez que investiga en estos momentos la legalidad de su vivienda. Es decir, para hacerle creer que su casa, un chalé de dos plantas ubicado a las afueras del pueblo, se ajusta a las licencias urbanísticas que tiene concedidas: una para construir un establo y otra para edificar dos casas de aperos de 20 metros cuadrados.

Días antes de declarar ante el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma por la denuncia de un grupo de vecinos -lo tendrá que hacer el próximo día 30-, Bestard ha incorporado el equino a su vivienda y ha vallado un perímetro de unos 50 metros cuadrados de su jardín con un cable electrificado para evitar que se escape.

Asimismo, ha reacondicionado varias estancias del chalé vaciándolas de muebles con tal de dar cobijo al animal. De esta manera, Bestard pretende enmascarar la posible comisión de un delito contra la ordenación del territorio que llevaría aparejadas penas de entre seis meses y tres años de cárcel.

Y es que la casa se encuentra construida en una zona calificada por el planeamiento urbano del municipio como ARIP (Area Rústica de Interés Paisajístico) y tiene un expediente disciplinario abierto desde 2001 por infracción urbanística por parte del Ayuntamiento que, hasta el pasado 27 de noviembre, dirigía el popular Eugenio Hidalgo.

Se da la circunstancia de que el dueño del caballo es un destacado dirigente de la institución insular que está en proceso de asumir las competencias urbanísticas del Ayuntamiento de Andratx.

El Consell que dirige Munar tiene previsto hacerse cargo del urbanismo mientras continúe la denominada operación Voramar contra la corrupción urbanística en el municipio. Es más, el partido de Bestard votó ayer en el Pleno a favor de que el Consell supervise la legalidad urbanística en el término municipal.

En este sentido, ha reclamado en las últimas fechas la creación de un nuevo organismo que se encargue de velar por el cumplimiento de la ley y que encarnaría la figura del síndico del Territorio. Por lo tanto, el Consell de Mallorca ya tiene una primera tarea encima de la mesa: la de actuar contra su propio dirigente.