Torres señaló a los medios de comunicación que, aunque respetan y elogian la labor de las fuerzas policiales, no les merecen igual confianza los responsables políticos que llevan el caso.

En concreto, se refería a la Subdelegación del Gobierno en Huesca y al delegado del Gobierno en Aragón, que han negado que hubiera denuncias por amenazas.

«Se ha dicho durante varios días que no existían amenazas y que no existían denuncias. Puedo asegurar que las hay y que no puedo contar todo por el secreto del sumario», señaló Torres, que el pasado año acompañó a Grima a la Subdelegación de Huesca, donde expresó que se sentía amenazado.

En este sentido, la alcaldesa de Castiello de Jaca, Esther Franco, señaló ayer que algunos vecinos de Fago «celebraron» que se encontrara muerto al alcalde.

Por su parte, el presidente de la Comarca de La Jacetania, Alfredo Terrén, considera que el móvil del asesinato de Grima puede responder a cuestiones municipales, y que el autor o autores le quitaron la vida por encargo. «No me encaja que haya gente tan malísima en nuestro Pirineo, no concibo que el autor sea un vecino de Fago», apuntó Terrén.

El responsable de La Jacetania opina que el asesinato de Grima no obedece a cuestiones económicas ni a oscuros negocios. «Miguel vivía de su trabajo, era una persona normal, tenía una casa rural con la que se mantenía e imagino que tampoco le sobraría el dinero. Incluso alguna vez me había comentado que si sabía de algún trabajo se lo dijera. Sí que tenía problemas con temas municipales», añade.

Alfredo Terrén cree que Grima no andaba metido en extraños negocios ni que su muerte esté relacionada con 'dinero negro' o algo parecido. «Puede que alguien pagara a otras personas para acabar con él; eso existe, hay gente que está dispuesta a matar por encargo».

En otro orden de cosas, Terrén explicó que, en el caso de que ningún vecino estuviera dispuesto a asumir la Alcaldía de Fago, tendría que ser la Diputación de Huesca la que se hiciera cargo del municipio.