Las averías y las quejas de los usuarios sobre el servicio del suburbano madrileño también tienen preocupados a los sindicatos y la oposición. Coinciden todos en que «hay falta de previsión» y critican al PP por su uso electoral de las inauguraciones.
Así lo considera José Quintana, portavoz socialista de Transportes e Infraestructuras. «Nos gastamos 5.000 millones de euros en la 3ª ampliación del Metro y en mantenimiento seguimos en cifras similares a las de hace 8 o 9 años». Desde las filas del PSM se quejan de «la opacidad» que existe a la hora de facilitar cifras de averías. «Se puede decir que ha habido un incremento del 35%».
Otro de los problemas por resolver, opina Quintana, son las «incidencias con el suministro eléctrico, que denota una absoluta falta de previsión». En este sentido, se pregunta «¿qué va a pasar cuando se sumen los nuevos 60 kilómetros de Metro al servicio?». Considera que la empresa de Metro y el Consorcio de Transporte «deben poner en marcha un plan de emergencia para planificar la situación».
La realidad de la línea 6, «la que más pasajeros lleva al día», cree que es «preocupante». El problema es que el gobierno de la Comunidad ve «el mantenimiento del suburbano como un gasto y no como una inversión».
Menos confianza en el servicio
Izquierda Unida acusa al PP de utilizar «todo con vistas a las elecciones, incluidas las inauguraciones de Metro, lo que está llevando a que los ciudadanos pierdan la confianza en este servicio», afirma Angel Lara. La «rebelión» de unos viajeros en Conde de Casal hace unos días «ha sido la punta del iceberg».
Bajo su punto de vista, el aumento de averías y parones en el servicio se debe, en primer lugar, a «una mala conservación del material. Se está bajando la guardia». Asegura que en el Consorcio de Transportes «están primando los criterios económicos y no los de servicio social». Califica de «inadmisible» el hecho de que los ciudadanos de Madrid tengan que ir «hacinados, como animales» en los vagones.
UGT señala directamente a la dirección de Metro «como responsable» de lo que está ocurriendo. «Los trenes de la línea 6 son trenes viejos que la Comunidad de Madrid iba a desechar porque iban a poner trenes nuevos», explica Teo Piñuelo, secretario general del sindicato. «No llegaron trenes suficientes y se han rescatado los antiguos, que llevaban más de un año sin un mantenimiento adecuado». A esto, a su juicio, hay que añadir «falta de plantilla en mantenimiento. Cada vez hay más red de Metro pero no se amplía personal para tener a punto los trenes». Dice este responsable de UGT que «en la línea 6 puede pasar de todo».
CCOO también destaca que los trenes son viejos. «Han recuperado material que iba al desguace», se queja Ignacio Arribas, secretario general del sindicato. «Se han incrementado en un 30% las averías y la línea 6 es la que peor parte se lleva». Según la apreciación de Arribas, «las nuevas ampliaciones se refuerzan, mientras que las líneas antiguas pierden calidad y mantenimiento».
Entre las 7.30 y 10.00 horas, explica, «todos los trenes están en funcionamiento, incluidos los averiados, lo que implica que haya problemas». Resume el origen del problema en «una falta de previsión absoluta» por parte de los responsables de Metro.