Jueves, 18 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6241.
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EL FUTURO DE EUROPA / La canciller alemana presiona para sacar adelante un Tratado, reducido a las reformas institucionales, y fortalecer la política exterior / Critica la iniciativa española de reunir en Madrid a los países del 'sí'
Merkel defiende un acuerdo en junio sobre una nueva Constitución para evitar un «fracaso histórico»
MARIA RAMIREZ. Corresponsal

BRUSELAS.- La líder del Este alemán, la mujer que no entró en la UE hasta los 35 años y la primera presidenta de turno de los Veintisiete de la «Europa liberada», llegó ayer al Parlamento Europeo con un plan, simple y rápido, para aprobar un nuevo Tratado. La canciller Angela Merkel recordó que sin un texto para acomodar la Unión ampliada, los europeos se arriesgan a un «fracaso histórico».

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En un emocional discurso sobre la tolerancia como el alma de Europa, la democristiana alemana dejó muy claro que la solución al bloqueo actual debe llegar este semestre y salvar lo esencial de la Constitución. En privado, según fuentes comunitarias, Merkel apuesta por un proceso sin más referendos como los que bloquearon el Tratado en Francia y Holanda en 2005, aunque, en público, repite que el tipo de ratificación depende de cada Estado.

«La pausa de reflexión ha terminado. Antes de junio, debemos alcanzar una solución sobre qué hacer con la Constitución», anunció Merkel. «El interés de Europa, de sus países miembros y de sus ciudadanos es llevar este proceso a una conclusión exitosa antes de las próximas elecciones al Parlamento Europeo en primavera de 2009...Un colapso sería un fracaso histórico», dijo la canciller, que, según fuentes diplomáticas, pretende dedicar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de junio exclusivamente al nuevo Tratado, una apuesta arriesgada y muy ambiciosa (las presidencias de turno prefieren llenar la agenda de temas fáciles para alegar algún triunfo, si todo va mal, y distraer la atención de las controversias).

La canciller no plantea un texto «farragoso», como el anterior, sino un «claro catálogo» de reformas para funcionar mejor en la UE de 27 países, como la reducción del número de comisarios, el voto por mayoría cualificada y una política exterior más centralizada. «Necesitamos un ministro de Exteriores para la UE», aseguró Merkel en referencia al puesto que, según la Constitución, le corresponde a Javier Solana. La democristiana no empezará «desde cero» en su propuesta, que recogerá «el corazón» del Tratado ratificado por 18 países, pero también trabajará en las partes que supongan «dificultades» para quienes lo rechazaron en referéndum y quienes lo han dejado en el congelador, como Reino Unido, República Checa o Polonia.

Según fuentes comunitarias, el proyecto alemán es, tras «consultas confidenciales» con los Estados miembros, convocar una conferencia intergubernamental en otoño para acordar un texto mínimo, que podría abandonar el nombre Constitución y votarse sólo en los parlamentos nacionales.

El acuerdo se supone más fácil tras las presidenciales francesas de mayo. El conservador Sarkozy ya ha defendido un minitratado para autorizarlo en la Asamblea Nacional; su rival, la socialista Ségolène Royal, comentó ayer que, si es elegida, convocará un referéndum en 2009 sobre el texto modificado, que, según ella, estará listo al final de la Presidencia francesa, en el segundo semestre de 2008.

Algunos eurodiputados reprocharon a Merkel su presión para colar el Tratado por la «puerta de atrás». El euroescéptico británico Nigel Farage denunció «el nacionalismo de la UE» y pidió una consulta popular. «Por Dios, deje a la gente hablar», exclamó Farage, quien alega que los europeos rechazan la Constitución (según el último Eurobarómetro, la mayoría de los ciudadanos, incluso en Francia y Holanda, se declaran ahora favorables).

Además, tanto el izquierdista Francis Wurtz como el liberal Andrew Duff criticaron la idea española de reunir el 26 de enero en Madrid a los 18 que han ratificado la Constitución y, en febrero, en Luxemburgo, a los que no lo han hecho. La iniciativa hispano-luxemburguesa, propuesta en diciembre, ya fue criticada con aspereza por Chirac. En su réplica, incluso Merkel reconoció que estos Estados «no pueden resolver solos» el trance, y criticó la división entre «países buenos y malos».

En cualquier caso, la canciller recordó a los británicos, empeñados en empujar más países dentro de la UE, por ejemplo de los Balcanes Occidentales, que sólo podrán conseguirlo después de las reformas. «Para los que tienen la ampliación en la cabeza, no se podrá hacer sin Constitución», dijo la alemana, que apeló a los fervientes partidarios del mercado único y grande o a quienes demandan un referéndum europeo. «Sé que la puerta a la que estoy llamando es muy difícil, pero, por favor, no cometáis este error histórico. No impidáis que Europa avance en una dirección que vosotros básicamente también queréis», pidió.

Alemania también se compromete a impulsar un mercado transatlántico con EEUU y un nuevo acuerdo de cooperación con Rusia, en una agenda extensísima para los seis meses de su turno. Pero los alemanes ya han puesto en práctica, a pequeña escala, la creación de una fórmula más permanente, uno de los puntos básicos de la Constitución, que preveía elegir a un presidente con un mandato de dos años y medio. Así, Merkel se paseó por la Eurocámara flanqueada por los líderes de Portugal y Eslovenia, países a los que corresponden los dos siguientes turnos de la UE, con el compromiso de trabajar «en trío» para una continuidad al menos durante 18 meses. Con esta maniobra, el Gobierno de Berlín seguirá involucrado en las decisiones de las dos próximas, y débiles, presidencias.

En Bruselas, diplomáticos y funcionarios aún contemplan entre el asombro y la incredulidad la voluntad de Merkel, que se presenta, como explicó ayer, como una simple alemana del Este que vio la UE con admiración «desde fuera», hasta la reunificación de su país hace 17 años. Y, «desde dentro», la canciller, cual Dorothy del Mago de Oz, se ha dado cuenta de que «no hay nada como nuestro común hogar europeo».


LA 'HOJA DE RUTA' DE LA CANCILLER

«La pausa de reflexión ha terminado. Antes de junio debemos alcanzar una solución sobre qué hacer con la Constitución»

«Hay que realizar consultas confidenciales con todos los gobiernos para conocer sus objeciones al Tratado»

«Si tenemos un texto demasiado farragoso, no vamos a poder enfrentarnos a nuestros desafíos en política exterior y seguridad, energía, cambio climático, política de vecindad o ampliación»

«La energía y el cambio climático son los dos desafíos más importantes que tiene la Humanidad en el siglo XXI»

«Necesitamos relaciones fiables con la Federación Rusa. Esto no significa dejar de lado los problemas con los medios de comunicación o con los países vecinos»

«Europa jamás debe ser comprensiva con la intolerancia. Nunca deber ser comprensiva con la violencia y el extremismo»

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