ANGEL TOMAS GONZALEZ. Especial para EL MUNDO
LA HABANA.-
Las recientes noticias difundidas en España sobre el estado de salud de Fidel Castro no han movido ni un pelo de los bigotes y cabellos de los cubanos y cubanas en la isla. Como las informaciones publicadas en el diario El País no han logrado, hasta el momento, quebrar el silencio oficial en torno a la convalecencia del líder revolucionario, la mayoría de sus compatriotas siguen ignorando el revuelo informativo global sobre el supuesto dictamen del «estado grave» del octogenario Castro.
Las pocas familias cubanas que han podido conocer la mencionada información a través de televisiones de Miami, emisoras radiofónicas extranjeras o vía Internet no le han dado demasiada credibilidad. Hace ya muchos años que los cubanos están escuchando toneladas de noticias procedentes del desde el exterior que poco tienen que ver con la realidad que los isleños viven a diario.
«Hasta el otro día era Miami, ahora es Madrid... Mire compadre, yo estoy aburrido de que desde afuera me cuenten lo que está pasando aquí. Yo sólo creo en lo que veo», dice Arsenio, un conductor de un autobús escolar de 56 años de edad.
El tema del estado de salud de Castro, al menos en La Habana, tampoco es un asunto que ocupa las conversaciones en los centros de trabajo o en las casas de los cubanos. «Me parece de mal gusto eso de contar que si a Fidel le operaron y le hicieron esto o aquello... Es una persona, está enferma y, por respeto, lo deben dejar tranquilo. Yo creo que aquí a nadie le importa conocer esos detalles. A nosotros nos interesa más conocer lo que va ocurrir en el país de aquí en adelante», comenta Evelina, una maestra de 42 años de edad.
Sin embargo, en determinados círculos, ocasionalmente brotan rumores sobre la convalecencia del líder máximo. Uno de esos recientes rumores aseguraba que la mayor parte del equipo médico que atiende al mandatario cubano había sido sustituido. «Eso es falso», desmintió a EL MUNDO una fuente confiable cercana al citado equipo médico.
En varios medios oficiales de la isla se conocía que Fidel, desde hace al menos un año, debía haberse sometido a una operación quirúrgica por el padecimiento de la denominada diverticulitis intestinal. No obstante, el líder cubano, alegando urgencias de trabajo, decidió aplazar su ingreso al quirófano.
Castro, además, no hizo caso del consejo de sus médicos y viajó a Argentina en el mes de julio del pasado año. Ese viaje ha sido considerado como uno de los factores que desencadenaron la crisis hemorrágica intestinal que el Comandante habría sufrido horas después de terminar su discurso en la ciudad de Holguín, el 26 de julio del 2006.
Desde entonces, Castro ha permanecido ingresado. Su última aparición fue en un vídeo difundido por la televisión cubana el 28 de octubre del pasado año.
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