Jueves, 18 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6241.
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La democracia significa: tú eres tan bueno como yo (Theodore Parker)
 OPINION
Editorial
DE LA DEMOCRACIA DELIBERATIVA A LA DEMOCRACIA AMORDAZADORA

Zapatero prometió al comienzo de su mandato practicar «una democracia deliberativa», abogó por un «republicanismo cívico» y afirmó que quería convertir al Congreso en el centro de la vida política. Sus palabras suenan a cruel sarcasmo tras el comunicado hecho público anoche por el grupo parlamentario del PSOE, que supone un ataque frontal a los principios de la democracia representativa.

El comunicado anuncia la creación de un frente político de todos los partidos para aislar al PP y anticipa medidas parlamentarias para que sus iniciativas ni siquiera sean tenidas en cuenta. Acusa a la formación de Mariano Rajoy de crear «crispación», de ir «al choque frontal» y de provocar «debates estériles y desmoralizadores», entre otras lindezas.

Lo que hay detrás de este acuerdo entre el PSOE y sus aliados es un intento de boicotear todas las iniciativas parlamentarias del PP en materia de lucha antiterrorista, que, según fuentes solventes, serían rechazas en bloque y sin discusión. Ayer mismo, Rajoy había propuesto cinco iniciativas, entre las que figuraban la posible ilegalización del PCTV, la revocación de la resolución de mayo de 2005 del Congreso y el debate sobre la política de la Fiscalía en relación a los delitos de terrorismo. Todo ello, a nuestro juicio, razonable y deseable, pero en cualquier caso discutible, argumentable, deliberable... La respuesta del PSOE fue el comunicado amenazante y descalificador de anoche, en el que se niega a la oposición su derecho y su deber de ejercer el control de la acción de Gobierno.

No hay precedentes en una democracia parlamentaria de que el Gobierno y sus aliados traten de acallar la voz de la oposición y se nieguen a tomar en consideración sus propuestas. El grupo parlamentario socialista ya intentó hacer algo similar en septiembre pasado cuando logró el apoyo de seis partidos para silenciar las denuncias del PP sobre las lagunas en la investigación del 11-M. Ahora da un paso más y anuncia «medidas» para evitar que «se escenifique una contienda, aborrecida por los demócratas». ¿Desde cuándo los demócratas «aborrecen» que se debata en el Parlamento? El comunicado del PSOE parece la puesta en práctica del «cordón sanitario» propugnado por el actor Federico Luppi hace unos días. Algo políticamente equivalente -y no exageramos un ápice- a lo que practicaban los nazis cuando enclaustraban a los judíos en sus guetos.

Aprovechando decisiones discutibles como no acudir a la manifestación de Madrid o el tono de dureza de Rajoy en el debate del pasado lunes, el PSOE intenta demonizar al PP y focalizar la atención de la opinión pública sobre su manera de hacer oposición. Rajoy puede haber estado más o menos acertado en las formas, pero el grave problema que tiene España es el fracaso del Gobierno en la política antiterrorista y su ambigüedad a la hora de demostrar firmeza frente a ETA. Todavía ayer Zapatero tendía una mano a Batasuna.

Todo indica que estamos ante una maniobra de distracción del Gobierno para disimular sus errores y evitar la rectificación que le pide el PP. Pero, sea cual sea su finalidad, el comunicado del PSOE contradice los principios que dice defender Zapatero y muestra una cara totalitaria, hasta hoy oculta. Ello evidencia la impotencia y la desorientación de un líder desbordado por la realidad y que ha pasado del «talante» como receta mágica a una democracia que amordaza a sus opositores o se tapa los oídos cuando hablan. Para esto, que cierre el Parlamento cada vez que alguien proponga algo que no le guste.

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