Los socios más fieles del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona abogan por despenalizar la ocupación de edificios abandonados. Es más, la tercera teniente de alcalde, Imma Mayol, consideró «un error» que se regule este asunto por el Código Penal.
Los socios de los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona, Iniciativa per Catalunya, no consideran que sea «grave» que se haga lo que califica como «un uso social» de espacios que están vacíos desde hace tiempo «si se hace en condiciones» y no se generan problemas de convivencia. Así que ayer, la tercera teniente de alcalde del Ayuntamiento, Imma Mayol, abogó por despenalizar la invasión de edificios deshabitados, algo que, según aseveró, debería ser regulado por el Código Civil en lugar del Código Penal.
Esta histórica dirigente de ICV habló ayer del bien y del mal para referirse al movimiento okupa de Barcelona. Y es que según Mayol, en la ciudad condal hay okupas buenos y okupas malos.Pero además de tercera teniente de alcalde, Mayol forma parte de Iniciativa per Catalunya, formación que también gobierna en el tripartito de la Generalitat. Es precisamente este partido el responsable de la conselleria d'Interior, departamento encargado de la policía autonómica, los desalojos de los okupas que ordena el conseller Joan Saura, presidente de ICV y pareja de Mayol.
Por todos estos motivos, la líder municipal quiere que se desvincule el movimiento okupa de la violencia. Un colectivo que, en opinión de la ecosocialista, en Europa «ha sido capaz de poner el dedo en la llaga en dos temas como son el derecho a la vivienda y la necesidad de que existan espacios culturales autogestionados».Así justificó sus palabras, porque para ella «no existe un único movimiento okupa» y «hay distintos tipos de ocupación» con «una frontera que es la violencia».
En una entrevista a Catalunya Ràdio y a la pregunta sobre la existencia de okupas buenos y malos, Mayol reconoció que «probablemente sí», que «es la manera más simple que tengo de contestar a su pregunta».
Por su parte, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, también se pronunció al respecto. Y también restó importancia a la actitud de los okupas. «No es igual a alguien que va siempre en contra de la convivencia, aunque es evidente que hay okupas que sí que van en contra, al igual que personas que no son okupas», aseveró el alcalde.
La opinión de Hereu
Aseguró que la obligación del Ayuntamiento de Barcelona es «tratar de favorecer las condiciones de convivencia» en la ciudad. El primer edil apostilló asegurando que su «adversario» es «el que afecta negativamente a la convivencia, sea okupa o no».
Las palabras de Mayol fueron replicadas de inmediato por el presidente del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, quien tachó de «irresponsable» la actitud de la tercera teniente de alcalde, a quien también acusó de querer «normalizar la ocupación de edificios abandonados».
Fernández Díaz reclamó «sustituir el buen rollito de Saura por la firmeza 10 para desocupar Barcelona de okupas». De este modo se refería el líder popular a las declaraciones realizadas por el conseller de Interior de la Generalitat, Joan Saura, en el momento en el que se llevaba a cabo uno de los desalojos más polémicos que ha tenido lugar en Barcelona en los últimos años, el de las naves industriales de Can Ricart, en el barrio de Poble Nou. Fue hace tan sólo un mes cuando el titular de Interior del Gobierno tripartito calificaba ese desalojo de «buen rollo» por no haber contado con ningún acto violento.
En aquel momento, Saura fue calificado por el PP como «el primer conseller antisistema», definición que venía amparada por algunas declaraciones realizadas por el propio Saura antes de ser conseller de Interior. Sin ir más lejos, este pasado verano, tras unos violentos altercados entre Mossos d'Esquadra y okupas, el entonces conseller de Participación Ciudadana aseguró que el movimiento okupa «nació a partir de una necesidad no resuelta que es la vivienda de los jóvenes» y resaltó que «ha habido muchos okupas que han ocupado edificios que no tenían ningún uso social y los utilizaban para actividades culturales, por tanto, positivamente».
Mientras, en Barcelona, los okupas, buenos o malos, siguen dando guerra. Ayer mismo, jóvenes del movimiento y una vecina que resultó herida en la manifestación del pasado sábado por el desalojo de Kan Mireia denunciaban lo que consideran una «actuación desproporcionada» de los Mossos d'Esquadra al impedirles cortar la Ronda de Dalt.La policía cargaba el sábado contra un grupo que intentó cortar la Ronda de Dalt tras una manifestación en protesta por el desalojo de Kan Mireia, en la Trinitat.