El madridismo tiene muchas 'familias', pero por ponerlo fácil hay que dividirlas fundamentalmente en la que acudenlos fines de semana y la que acude a los partidos de los miércoles (Copa y Liga de Campeones). El primer tipo es el que asiste con ganas de ver buen fútbol, triunfos y de pedir responsabilidades (por este orden). El segundo tipo, el de entre semana, es el que acude con tanta ilusión por el bocadillo del intermedio como por lo que pase al final. Todo esto es generalizando. Las excepciones son maravillosas.
Anoche, la gente despidió al equipo con algo así como una ovación mayoritaria. La lucha se había impuesto al juego y al resultado.
Pero no todas las excepciones son maravillosas porque unos cuantos decidieron pagarla con los jueces (árbitro y ayudantes). En los instantes finales se produjeron lanzamiento de objetos y una botella de las grandes y medio llena impactó en uno de los asistentes. Se avecina apercibimiento de cierre para el Bernabéu. Y no será algo más (multa de las más gordas al canto) porque hacía seis años que no ocurría ningún incidente reprochable en el estadio blanco. Antiviolencia ya estudia el caso.
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