JOSÉ LUIS DE LA SERNA
El salbutamol, detectado en los análisis a Oscar Pereiro, es un fármaco muy conocido en medicina. Pertenece al grupo de productos llamados beta miméticos y da excelentes resultados en la mayoría de los pacientes que tienen problemas con sus bronquios. El asma, salvo cuando es una enfermedad severa y crónica, no es una contraindicación real para realizar deporte, incluso de alta competición. Hay muchos casos de atletas con cierto grado de asma que se les agudiza, además, con el ejercicio que -si están correctamente medicados y consiguen con inhaladores controlar sus episodios de broncospasmo agudo- pueden llevar a cabo sus actividades deportivas con buenas marcas. La pregunta que se suelen hacer aquéllos que cuidan que los profesionales del deporte no se droguen es la de si todos los que consumen salbutamol o sustancias parecidas con la intención de mejorar su respiración, y no asfixiarse en la competición, son realmente asmáticos. Por eso, son estrictos a la hora de solicitar informes médicos que justifiquen sin género de dudas que el atleta padece un asma en toda regla.
El salbutamol, además de facilitar la circulación del aire por los bronquios afectados por una enfermedad, tiene otras muchas acciones que pueden modificar el rendimiento de cualquier deportista. Hay ya estudios controlados muy bien hechos que prueban que el fármaco, tanto si se administra por boca o por inhalación, mejora significativamente las marcas y los tipos de potencias en el ejercicio del atleta.
Se entiende que un ciclista con problemas de asma utilice el producto y que, por tanto, su uso no se considere ilegal. Pero también se entiende que las autoridades deportivas recelen de un porcentaje quizá demasiado elevado de ciclistas que padecen de asma y que por eso soliciten las pruebas inequívocas de que son en realidad pacientes pulmonares y no simuladores que quieren sacar una ventaja extra de la química.
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