Las firmantes de Ahotsak que forman parte del PNV promoverán una iniciativa para que el colectivo de mujeres deje constancia de que el atentado del pasado día 30 va contra los principios de su manifiesto.
Esta iniciativa se sumará a la que el miércoles anunció la Secretaría de la Igualdad de EB, que llevará a cabo una reflexión interna en el seno de la agrupación cuyo objetivo último es similar: lograr que Ahotsak condene el atentado de ETA en el aeropuerto madrileño de Barajas.
Sin embargo, los jeltzales han decidido ir más allá: en caso de que el colectivo no asuma ese principio, las mujeres nacionalistas que forman parte de él lo abandonarán. «Ya no tendría sentido la existencia de Ahotsak», aseguraron a este periódico fuentes de la dirección del PNV.
Fue la Ejecutiva de la formación jeltzale la que abordó el lunes esta opción, después de analizar la respuesta que el colectivo de mujeres dispensó a la última acción terrorista de ETA. Según las mismas fuentes, el comunicado que emitieron -en el que las firmantes vinculadas a la izquierda abertzale consideraban el atentado como una consecuencia del contencioso vasco-, es insuficiente para el PNV, que considera imprescindible un posicionamiento claro de un colectivo cuyo leit motiv es la búsqueda de la paz.
Y, a diferencia del PSE, cuyo secretario general, Patxi López, reiteró el miércoles que la participación en Ahotsak de los cargos públicos socialistas es «personal» y no implica en modo alguno a su partido, las fuentes consultadas aseguraron que las firmantes nacionalistas «lo son por su pertenencia al PNV». «Si no fuera así, ¿qué sentido tendría Ahotsak?», se preguntaron.
Lo que la formación jeltzale pretende no es la obtención de una «condena» al uso para proseguir su diálogo con mujeres de la izquierda abertzale en este colectivo. De hecho, los nacionalistas no han renunciado en ningún momento a conversar con los representantes de la izquierda radical, ni siquiera tras el atentado.
Lo que los nacionalistas pretenden es dar coherencia al colectivo y a la participación de sus representantes. Porque el manifiesto indica que «todos los proyectos políticos se pueden y se deben defender». «No hay que imponer ninguno. Hay que buscar un escenario democrático que permita y garantice el desarrollo y la materialización de todos los proyectos en condiciones de igualdad, por vías políticas y democráticas».
Es en este punto donde la formación pretende colar una apostilla y aprobar que el atentado es incompatible con estos principios. Esta declaración no supone una condena per se, pero abre la puerta a que las firmantes de Ahotsak vinculadas a la izquierda abertzale -la abogada Jone Goirizelaia es su cara más visible- den un paso más en su desvinculación de la violencia.
La iniciativa adoptada por el PNV viene a complementar la que anunció el miércoles EB, cuyo objetivo es lograr una «condena explícita» de la violencia que permita «garantizar» la credibilidad de este colectivo ante el conjunto de la ciudadanía.
Esta formación aprobó una resolución política, que se trasladará a todas las firmantes del manifiesto, con la que pretende abrir un «debate amplio y sincero» sobre el atentado.
Según expusieron ayer sus representantes, Julia Madrazo e Isabel López Aulestia, el trabajo de Ahotsak por la sensibilización y la concienciación en favor de la paz debe estar precedido por una condena al atentado, porque para ser «agentes activos de paz» es necesario aclarar que «la violencia no tiene espacio» alguno en el País Vasco.
Mención aparte merece la postura que mantienen el PSE y su parlamentaria Gemma Zabaleta, una de las promotoras del manifiesto. Mientras el lunes Rodolfo Ares reclamaba que todas las firmantes del manifiesto condenen la violencia y el martes Zabaleta le respondía que Ahotsak no tiene que pasar «ninguna prueba del algodón» porque su posición ante la violencia es clarísima, el miércoles Patxi López recordaba que sus firmantes lo son a título personal y que «no compete al PSE porque ahí [en Ahotsak] no están los partidos».