José Luis Rodríguez Zapatero se aproximó al taxi para saludar al presidente cántabro y, de paso, saludó con un apretón de manos al taxista, de nombre Mariano y famoso por un día. Revilla sacó del maletero del coche tres latas de anchoas que llevaba para el presidente del Gobierno y cumplió su habitual ritual de besar la bandera española colocada a la entrada del palacio. Tras la reunión, el presidente cántabro volvió a hacer alarde de su peculiar estilo. Así, preguntado por la grabación subrepticia de la Conferencia de Presidentes, aseguró que no sabe quién lo hizo, pero que Pedro Sanz, de La Rioja, fue quien filtró el lapsus de Zapatero por decir «trágico accidente». En todo caso, Revilla no desveló nada porque Sanz lo contó entonces abiertamente en rueda de prensa, como saben cientos de periodistas.

«Cuando el presidente comete el lapsus, yo me di cuenta rápidamente de que esto se iba a utilizar, sobre todo viendo las miradas que se cruzaron todos los presidentes del PP. '¡Jo!, aquí hay carne', vinieron a decir. Llevábamos de reunión 15 minutos, con lo cual los problemas de baño eran como demasiado rápidos para salir. Yo, que soy de los que bebe tres litros de agua (por un problema en el riñón) y que tengo ir frecuentemente al baño, tardé en salir una hora, pero me extrañó que el presidente de La Rioja tuviera tan rápida necesidad de salir y tardó en volver 20 minutos. Luego si nadie había salido de allí más que el de La Rioja, ¿quién lo contó? Blanco, en botella y lo dan las vacas, en este caso vino, porque es de La Rioja», alegó.