Huberto Marraud
La Universidad forma parte de la sociedad y evoluciona con ella. Por ello no es de extrañar que en los campus universitarios encontremos los problemas generales de la sociedad. El San Canuto en la UAM no es más que un macrobotellón que se asienta sobre las raíces de convocatorias remotas que pudieron tener un carácter reivindicativo.
Ese origen remoto le confiere a ojos de algunos un carácter universitario, progresista y divertido. El San Canuto en la UAM es tan universitario como municipal sería la celebración de un acto análogo en la Plaza de la Villa. Lo anterior se ve confirmado por la composición de su público, mayoritariamente ajeno a la Universidad y en buena parte formado por menores de edad. Quienes nos invaden el tercer jueves de cada mes de enero alegan su derecho a divertirse. Claro está que ese derecho, tal y como lo ejercen, es el derecho a privar a los estudiantes de las clases por las que han pagado, a impedir trabajar normalmente a los profesores y al personal de administración, a deteriorar el campus y, por tanto, a disponer a su antojo del dinero de los contribuyentes.
Es responsabilidad de la Universidad Autónoma de Madrid manifestar claramente que esta no es una fiesta universitaria y que la reprueba; lo ha hecho y me felicito por ello. La sociedad y la universidad no sólo comparten problemas, sino también leyes y normas de conducta. Quien crea que en la universidad no valen las reglas de una sociedad democrática cree que la universidad no debe ser democrática. Si los problemas y las normas son las mismas, ¿cómo podrían no serlo los medios para tratar los primeros y para asegurar el cumplimiento de las segundas?
Huberto Marraud es profesor titular de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid
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