Con una pierna rota, custodiado por médicos y enfermeras, Arnold Schwarzenegger se ha propuesto desafiar a los molinos de viento de la Sanidad y conseguir lo que no logró en su día Hillary Clinton: «Seguro médico para todos». Retando una vez más a sus correligionarios del Partido Republicano -empezando por el propio presidente Bush- y demostrando su conversión al credo progresista, Gobernator anunciará mañana en Sacramento la mayor revolución sanitaria acometida por un estado del país norteamericano en la reciente historia. Necesitará, eso sí, apoyarse en un par de muletas.
Schwarzenegger pretende con su reforma romper el muro de las compañías aseguradoras y gravar a las empresas, a los hospitales y a los propios doctores para acabar con la injusticia actual: seis millones de californianos -uno de cada cinco- están totalmente desprotegidos y no cuentan con un seguro médico porque no lo pueden pagar.
«El sistema sanitario de California está roto y lo vamos a arreglar», vaticinó Gobernator con una pierna escayolada. «Vamos a crear además un modelo que pueda ser usado por el resto de la nación», agregó.
Los republicanos de Sacramento piensan que Schwarzenegger debe de haberse vuelto loco y muchos de ellos se han puesto del lado de las aseguradoras y los empresarios para contener su furia sanitaria. Pero el recién reelegido gobernador de California cuenta con la total complicidad de Don Perata y Fabián Núñez, los líderes demócratas del Senado y de la Asamblea del Estado, artífices en la sombra del plan.
En opinión de expertos como Richard Brown, director del Centro de Investigación de Política Sanitaria en Los Angeles, el órdago de Schwarzenegger «pondrá a California en la vanguardia de los estados que se han atrevido a acometer los problemas de atención sanitaria, frente a la falta de acción del Congreso y de la Administración Bush».
Y es que la reforma propuesta por el gobernador de origen austríaco es tan sólo equiparable con la que ya funciona en Massachusetts, donde el año pasado se aprobó una ley que reconoce el «seguro universal». Sin embargo, el peso específico de California, el estado más populoso y próspero de Estados Unidos, es tal que puede provocar por sí solo una reacción en cadena y poner contra las cuerdas a los lobbies de Washington.
El senador demócrata Ted Kennedy planea a aprovechar el paso al frente de California para reclamar su propia versión del seguro médico universal a nivel federal. Kennedy, cuyo impulso ha sido decisivo para lograr el aumento del salario mínimo y rebajar el coste de los medicamentos, aspira a convertirse en los dos próximos años en el adalid de la nueva política social. La brecha la ha abierto de momento Schwarzenegger.
No se sabe hasta qué punto la pierna rota ha servido de epifanía sanitaria, pero el caso es que la apuesta de Gobernator ha pillado por sorpresa a los propios republicanos, que no han tenido tiempo para reaccionar. Su receta se traduce en un impuesto del 4% que se verán obligadas a pagar las empresas de más de 10 empleados que no proporcionen seguro médico a sus trabajadores.
Los hospitales deberán pagar también un 4% de sus ingresos al estado de California y los médicos tendrán que poner un 2% de su propio bolsillo. De esta manera, se liberarán en torno a 2.000 millones de dólares que servirán para dar cobertura a los que no la tienen.
«Si no puedes pagar un seguro médico, el estado te ayudará: esa es la nueva filosofía», sostiene Schwarzenegger. «Hasta ahora, quienes pagan su seguro han estado costeando de alguna manera la atención sanitaria de los otros y pagando un impuesto escondido. Con el nuevo sistema, todos los pacientes salen ganando», asegura el ex actor de cine.
Schwarzenegger afirma que su plan tiene la vista puesta sobre todo en los niños, incluso los hijos de inmigrantes indocumentados. Y también, en las familias de clase media-baja que ganan por encima del listón de la pobreza y no pueden acogerse al Medi-Cal, el equivalente a la Beneficiencia. El nuevo plan permitirá que el programa estatal Healthy Families dé cobertura a una familia de cuatro miembros que ganen 60.000 dólares o menos.
Gobernator piensa apretar también las clavijas a las compañías de seguros médicos, exigiéndoles que eliminen «dispendios administrativos». Schwarzenegger vaticina que habrá resistencias, pero asegura tenerlas consigo en esta batalla que ha empezado a librarse en la costa oeste, al socaire de la «nueva estrategia» para Irak.