Veintidós muertos se contaban al cierre de esta edición, pero la cifra no será definitiva. Los meteorólogos de toda Europa se esforzaban ayer por explicar que Kyrill no es un huracán, sino «una borrasca atlántica muy profunda acompañada de vientos muy fuertes». Ésta es, en concreto, la definición que daba el Instituto Nacional de Meteorología para intentar frenar la confusión.

Sin embargo, a la gente el nombre de la tormenta le daba igual, porque los europeos se enfrentaron a vientos huracanados de hasta 184 kilómetros por hora y fuertes lluvias. En los próximos días se espera que el temporal llegue a Polonia, Austria y la República Checa, donde anoche los vientos de 184 km./h causaron la muerte a tres personas.

Reino Unido.

Con ocho muertos y cerca de 25.000 hogares sin suministro eléctrico, este país se ha llevado la peor parte. Entre las víctimas se encuentra un niño de dos años y el director del Aeropuerto de Birmingham, Richard Heard, que murió al desplomarse un árbol sobre el automóvil en el que viajaba. Además, se cancelaron casi 200 vuelos en el aeropuerto de Heathrow y hubo fuertes retrasos de los trenes.

Alemania.

Todo el país se despertaba bajo la alerta máxima, por lo que se recomendó a los ciudadanos permanecer en casa por la tarde y se cerraron los colegios antes de lo habitual. El balance fue de siete víctimas mortales, entre ellos un bebé de 18 meses, quien recibió en Múnich el fuerte impacto de una puerta arrancada por el viento, que en este país alcanzó los 190 km./hora, lo que obligó a cortar autopistas y líneas férreas.

Holanda.

Amsterdam vivió ayer una jornada de colapso aéreo y terrestre con la llegada de Kyrill. A los atascos de hasta 30 kilómetros para acceder a la ciudad hubo que sumar la rotura de parte de la cubierta de vidrio de la estación, lo que obligó a interrumpir el tráfico ferroviario y a cerrar la mayoría de las pistas del aeropuerto de Schipol. El viento alcanzó los 130 kilómetros por hora causando dos víctimas mortales.

Francia.

Dos vidas se cobró aquí el temporal, además de la cancelación de los trenes Eurostar que unen Francia con el Reino Unido y los de alta velocidad entre París, Bruselas y Amsterdam. El peor momento se vivió cuando un carguero británico de 275 metros de eslora quedó a la deriva en el Canal de la Mancha, con serio riesgo de hundimiento, un incidente que se saldó con el rescate de los 26 tripulantes.

Bélgica.

Los belgas vivieron el temporal con la resignación que acostumbran, con curiosidad, pero sin inquietud y con la única recomendación de evitar las zonas verdes. El principal aeropuerto, Zaventem, en Bruselas, mantuvo un buen ritmo todo el día y sólo se produjeron cancelaciones hacia Londres desde otros aeropuertos del norte. Fuertes atascos, eso sí, y un herido grave en las Ardenas cierran el balance.

Otros países.

En Luxemburgo se registraron caídas de árboles que interrumpieron la circulación por carretera y pequeñas inundaciones. Igualmente en Helsinki y en varias regiones austríacas.