Pregunta.- Supongo que habrá enviado los informes nada más abrirse la oficina de correos.

Respuesta.- A las 9.00 horas.

P.- Habrá pasado una noche movidita después del trajín del jueves.

R.- No sé si me creerá, pero he dormido fenomenal, como un niño.

P.- No le remuerde la conciencia.

R.- No tengo nada que ocultar, estoy muy tranquilo y convencido de que todo se resolverá a mi favor.

P.- ¿Cuál fue su reacción cuando se enteró de lo publicado en Francia?

R.- Evidentemente estaba mosqueado, cabreado con lo que había salido. Me puse a observar todo y viendo lo que estoy viendo, lo que se ha publicado en los medios de comunicación, creo que se demuestra que están buscando todo para ver hasta dónde llego yo. Pero tengo todo en regla, no hay ningún problema y el sentimiento sólo es de mosqueo.

P.- ¿Se vuelve loco un deportista al atender a tantas instancias?

R.- Yo al único organismo al que tengo que responder es a la Unión Ciclista Internacional. La agencia francesa a la que tendría que pedir explicaciones es a la UCI.

P.- Dice la AFLD que usted no contestó a los requerimientos que le hicieron solicitando información.

R.- Quiero aclarar eso de una vez porque no es cierto. El primer correo me lo mandaron cuando yo estaba disputando la Vuelta a España y lo contestó, desde León, el médico del equipo, Jesús Hoyos. Les mandó los informes médicos que pedían y que había elaborado en Vigo el doctor Arenas sobre mi alergia.

P.- ¿Los demás requerimientos?

R.- El segundo ni lo leí, ésa es la verdad. Llegó en octubre o en noviembre. Estaba fuera de casa, corriendo criteriums y de vacaciones. Tal vez fuera negligencia mía, pero tenía decenas de mensajes en mi correo y ni me fijé en él.

P.- Llegó un tercer correo.

R.- Sí, la semana pasada. Estaba en francés, cuando saben que se lo envían a un ciclista español. Afortunadamente hablo un poco de francés y me pareció algo serio, así que se lo envié a Francis Lafargue, que me lo tradujo completo y me dijo que era más serio de lo que pensaba. Me pedían la prueba del informe. Llamé al médico en Vigo y me dijo que estaba de vacaciones, que me lo remitiría el próximo lunes. Se lo comuniqué a la agencia francesa y después se ha montado todo el lío.

P.- En la UCI daban el asunto por cerrado.

R.- Ya dijeron que estaba todo bien, que no había ningún problema.

P.- Y aun así le han amenazado con sanciones.

R.- Es ridículo. El límite de salbutamol para un deportista normal sin certificado es de 150 nanogramos por mililitro. Yo podía dar hasta mil nanogramos y di 158, lo que ya de por sí cuestiona cualquier positivo, así que ayer por la noche el doctor Luis Arenas tuvo que trabajar de madrugada para prepararme los informes, por lo que le doy las gracias. Ya están y creo que se acaba la historia.

P.- ¿Está tranquilo entonces?

R.- Tranquilo porque lo tengo todo en regla, pero mosqueado porque han intentado ensuciar mi nombre.

P.- ¿Por qué se montan estos asuntos tan turbios en el ciclismo?

R.- No lo sé. No entiendo cuál es la causa. Yo presento mi cartilla de salud. Antes de que comience el Tour ellos ya saben que tomo Ventolín. En todo caso, lo que no debían es dejarme tomar la salida porque saben que van a encontrar salbutamol en mi orina. Después, ¿a qué viene pedirme certificados nuevos?

P.- ¿Cree que los deportistas españoles están perseguidos en Francia?

R.- No lo sé, pero también hablaron de Nadal, de los equipos de fútbol y, por supuesto, del ciclismo desde que Indurain ganó cinco Tour. Tal vez eso les dolió mucho.

P.- ¿Se siente perseguido por haber corrido en un equipo, el Phonak, en el que varios corredores salieron mal parados por asuntos de dopaje y por la operación Puerto?

R.- Yo creo que no. No hay motivos para que nadie sospeche de mí. En la operación Puerto nunca podrá salir mi nombre porque no estoy implicado de ninguna manera. Mi único error ha sido no enviar antes los informes. Esto no deja de ser una guerra por el poder entre diversas personas y organismos.

P.- ¿Pero lo resolverán a su favor?

R.- No tienen otro remedio.