El español apretó al máximo en el primer tramo, que incluía el ascenso al clásico Col de la Fayole, de 46,5 kilómetros, arrancando casi una veintena de segundos al líder, Loeb. El francés tomó la salida con ciertas dudas sobre su estado físico, pero a lo largo de la jornada recuperó la confianza y se enzarzó con Sordo en una emocionante lucha, repartiéndose los mejores cronos, tres para cada uno. Sordo no quiso arriesgar en la segunda pasada por Col de la Fayole, donde el francés recuperó la ventaja perdida por la mañana, aunque a costa de romper la puerta derecha de su vehículo.

El joven español es consciente de que su papel en 2007 es aprender los secretos de su nuevo Citroën C4 WRC y escuchar los consejos del maestro Loeb. Su primera victoria puede tardar uno o 12 meses, pero llegará algún día, y él no tiene prisa. Pero no por ello dejará de atacar, sin perder el respeto a Loeb, el casi imbatible piloto fraencés, vigente campeón del mundo de la especialidad.