A fuerza de coraje. Así consiguió ayer David Ferrer colarse por segunda vez consecutiva en los octavos de final del Abierto de Australia tras remontar dos sets en contra ante el checo Radek Stepanek, tras casi cuatro horas de un encuentro que tuvo que suspenderse por la lluvia.
No lo tuvo nada fácil el de Jávea, favorito número 16 del torneo aussie, después de que su rival se impusiera en un largo primer set de más de una hora por 6-7 (5) y en la segunda manga por 4-6. El español, desquiciado ante la superioridad del checo, estrelló su rabia en forma de raqueta contra el suelo de la pista, impotente ante el acierto de su oponente.
Ya en el tercer episodio, Ferrer comenzó a encontrarse con su juego y firmó un 6-0 que le dio alas para las dos últimas mangas. Stepanek, que disputaba su segundo torneo de la temporada tras lesionarse en Wimbledon, comenzó a notar la falta de ritmo y no pudo con la mejor pegada del español que se impuso por 6-4 y 6-3 para dejar sentenciado el encuentro.
«Nunca he tirado la toalla. Sabía que quedaba mucho partido y lo he intentado dar todo y poco a poco me he ido ganando en confianza y al final he acabado jugando bien», afirmó el alicantino, al que ahora aguarda en la siguiente ronda un descansado Mardy Fish, tras clasificarse por abandono del veterano Wayne Arthurs, cuando contaba con un 3-0 a favor. Ferrer continúa con su racha de triunfos, y con la de ayer, sumó su octava victoria consecutiva del año en el circuito.
Querrey.
Más fácil lo tuvo Tommy Robredo para superar a Sam Querrey, participante que llegaba a tierras oceánicas con una wild card de la organización, al que derrotó en cuatro mangas: 6-4, 6-7 (5), 6-2 y 6-1.
El gigante estadounidense se presentaba con la fama de cañonero, pero fue el de Hostalric el que acribilló a su rival con 18 puntos de saques directos. Robredo sólo pasó apuros en el segundo set, pero plasmó su mejor tenis en las dos últimas mangas para apear de su sueño a Querrey, que llegaba avalado como sparring del equipo de Copa Davis de su país.
El cabeza de serie número siete en Australia tendrá un difícil compromiso ante el francés Richard Gasquet, que se impuso a su compatriota Gael Monfils por 6-0, 4-6, 7-5 y 6-3. El gerundense tiene un balance igualado en sus enfrentamientos con el galo, con una victoria y una derrota.
«Ahora el torneo está muy abierto. Todos los jugadores que están ahí es porque se lo merecen y tienen mucha categoría, por tanto, digamos que en estos momentos el Abierto de Australia empieza para muchos», señaló el catalán a la finalización del partido de ayer, mucho más cómodo de lo que le espera a partir de los octavos.
Por su parte, el favorito número uno, el suizo Roger Federer, cumplió con los pronósticos y se enfrentará en octavos a Novak Djokovic tras vencer al ruso Mikhail Youzhny en tres sets. El joven serbio tumbó al tailandés Udomchoke, verdugo de Juan Carlos Ferrero, en cuatro mangas. «Desde luego que es un partido peligroso para mí. Pero soy el gran favorito aunque éste es el mejor momento y lugar para que él pueda hacerse con un nombre», dijo Federer, que ya ha vencido dos veces al serbio, una en Montecarlo y otra en Copa Davis. «Normalmente, cuando venzo a un jugador dos veces sé cómo debo jugarle, y espero usar esa ventaja. Todavía queda mucho torneo, pero mis sensaciones son muy positivas».
El otro emparejamiento de octavos que dejó la jornada tendrá como protagonistas al estadounidense Andy Roddick y al croata Mario Ancic, después de que se deshicieran de Marat Safin (7-6 (2), 2-6, 6-4 y 7-6 (2)), que aspiraba a más en Australia, y Dominik Hrbaty (6-3, 6-2 y 6-1), respectivamente.