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| Todos queremos la paz. Por desgracia, a veces hay que defenderla combatiendo el terror y la tiranía (James H. Douglas) |
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| DESDE EL CAMION 938 |
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| Maldito libro de ruta |
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MIGUEL PRIETO
Enorme decepción por el abandono de Marc Coma. Aunque nadie se esperaba esta catástrofe, yo mismo pude intuir en la jornada anterior que Marc se encontraba algo nervioso por culpa de la organización, ya que se habían detectado errores en el libro de ruta. Por este motivo, el español se perdió el jueves. En la mañana de ayer le vi tenso. Los veteranos saben que en el traicionero Dakar nunca se puede competir con los nervios a flor de piel. El cansancio psíquico y el golpe que se propinó en la primera caída le dejaron muy tocado, pero él quería continuar y creo que volvió a caerse un par de veces más. Aunque todo ha sido triste y aparatoso, creo que se encuentra relativamente bien. El de ayer fue un día nefasto en esta prueba que cada vez tiene menos de competición y más de negocio. Que nadie dude que el Dakar es un gran invento publicitario. Entre los pocos que aún mantienen la filosofía de la aventura están los modestos privados, gente de hierro, que invierte, como mínimo 50.000 euros para competir, a los que la organización apenas ayuda y que duermen menos de dos horas al día. Ellos son los que cierran las clasificaciones, a 50 horas de los primeros. La mayoría de estos valientes son mecánicos o propietarios de pequeños talleres. A estos héroes va dedicado mi artículo de hoy.
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