Hace poco volví a ver esa maravillosa película de J. L. Mankiewicz, All about Eve, con unas maravillosas Bette Davis y Anne Baxter, un admirable George Sanders, y, en un papel minúsculo, una debutante y espectacular Marilyn Monroe. Es la película en la que el personaje de Sanders presenta al personaje encarnado por Marilyn como una joven actriz «licenciada en Arte Dramático por la Universidad de Copacabana». En España, la película se sigue titulando Eva al desnudo, y cualquiera diría que Mankiewicz la hizo pensando en el actual Real Madrid.

En el actual Real Madrid, Gago es Eva. Quiero decir, Gago encarna lo que Eva Harrintong (la Baxter) encarna en la película: ambición joven, ímpetu calculado, candor aparente, talento indiscutible, garras dispuestas, y ley de vida que lleva a desplazar a la vieja y hasta entonces brillante estrella Margo Channing (la Davis), sin más contemplaciones que las estratégicas. No estoy describiendo características personales de Gago, sino un perfil profesional y colectivo de la nueva generación de jugadores madridistas que incluye también a Higuaín, Robinho, Marcelo, Reyes, De la Red, Mejía, Nieto... Enfrente, en el perfil de la estrella rutilante pero en decadencia, condenada a dejar paso a pesar de su enraizado talento, caben Beckham, Ronaldo, Emerson, Cannavaro, Roberto Carlos, también Van Nistelrooy, e incluso Raúl. En cuanto a Guti, según Ramón Calderón -el desnortado director de la función que en la película nunca se aclara-, sigue siendo una promesa, o sea, una esperanzadora saeta rubia, licenciada por Copacabana. Claro que la licenciatura en Fútbol por Copacabana es como la licenciatura en Leyes por Harvard, así que el dardo de Calderón contra Guti lleva implícito un homenaje.

En Eva al desnudo hay un autor dramático que está hecho un lío y bascula todo el tiempo entre su fidelidad a Margo y su fascinación por Eva, un papel que le viene que ni pintado a Fabio Capello: de pronto dice que Eva (o sea, Gago y compañía) es lo que el Teatro Bernabéu (Calderón dixit) necesita, y de repente se descuelga con que Margo (Beckham, Ronaldo y el resto de esa panda) es el esplendor profesional en plena vigencia. En cuanto a Mijatovic, bordaría el papel atildado y cruel que borda Sanders, siempre literal y metafóricamente repeinado, siempre presto a hundir el bisturí como más duele. En resumen: a ver si el argumento y el reparto de Eva al desnudo y del actual Real Madrid no son idénticos.

La película termina con la aparición de una nueva mosquita muerta, secretamente llena de ambición y de talento (un futuro Gago individual y colectivo, generacional), que le hará a Eva lo que Eva le hizo a Margo.

Ley de vida, ya digo. Y dicho esto, ¿para cuándo una foto no metafórica de Gago al desnudo?