Las dos patrulleras de la Armada con base en Ceuta reforzaron entre el 10 y el 16 de enero la labor de vigilancia en torno al controvertido islote de Perejil, situado a 200 metros de la costa marroquí y a ocho kilómetros de la Ciudad Autónoma española.
Las embarcaciones -Anaga y Patrullero C-114- están dedicadas a actividades de control pesquero, vigilancia de la linde entre Marruecos y España y labores de salvamento, entre otras.
Del martes día 10 al miércoles día 16, ambos incluidos, recibieron la orden de contornear el islote de 500 metros de largo por 300 de ancho, cuya soberanía disputan España y Marruecos pero que se encuentra sometida a un statu quo en virtud del cual ninguno de los dos países la ocupa ni fija en ella símbolos nacionales.
Fuentes oficiosas explicaron a este diario que la vigilancia especial se activó tras un cruce de informaciones entre los servicios de seguridad de Marruecos y España que apuntaban a la existencia de reuniones sospechosas en el islote.
Este último extremo no ha sido confirmado por la Armada, cuyos portavoces únicamente han admitido que en los días mencionados las patrulleras navegaron en torno a la isla. El dispositivo de vigilancia se desactivó el día 17.
Por su parte, Exteriores precisó tener por norma no comentar los contactos que en materia de seguridad mantienen los gobiernos de España y Marruecos.
Se da la circunstancia de que el pasado 28 de diciembre el periódico de Casablanca Annahar Al Maghribia, editado en lengua árabe, publicó en su portada la noticia de que los servicios de seguridad marroquíes habían procedido a la detención, en el islote de Perejil -denominado oficialmente en Marruecos como Turah y popularmente como Leila- de cinco islamistas «escondidos» en la pequeñísima isla. La noticia apuntaba que «quizá» estas personas preparaban en su escondrijo operaciones suicidas.
La información no citaba fuente alguna ni estaba firmada, pero precisaba que en el islote y en sus alrededores se llevaron a cabo dos operaciones: en la primera, se detuvo a tres individuos y en la segunda, a otros dos.
Desde la Embajada de España en Marruecos se hicieron gestiones para averiguar pormenores, pero no se consiguió confirmar ningún «dato sólido», tal y como explicó a este periódico una fuente de la legación diplomática, quien aseguró que, «si hubo algo, debió ser un incidente muy menor».
En Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, tuvo conocimiento de esta información el día 29, un día antes del atentado de ETA que se produjo en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Ayer, fuentes autorizadas de Exteriores se limitaron a desmentir la información del periódico marroquí y argumentaron la regla de la discreción para evitar confirmar la existencia de medidas de seguridad especiales en torno al islote.
Perejil fue motivo de un grave incidente entre Madrid y Rabat en julio de 2002, que no sólo dio pie a una intervención militar española, sino también a la mediación internacional para solventar la disputa entre los dos países.